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El ansiado retorno de Erling Haaland no impidió que el Manchester City cosechara otro mal resultado en una temporada para el olvido para el destronado campeón de la Premier League.
De hecho, tras un decepcionante empate 0-0 el sábado contra el ya descendido Southampton, incluso la clasificación para la lucrativa Liga de Campeones (algo que el City dio por sentado durante tantas temporadas) dista mucho de estar asegurada a falta de dos partidos.
No poder vencer al último equipo de la Premier League, y uno de los peores que jamás haya jugado en la máxima categoría de Inglaterra, puso de nuevo en entredicho las ambiciones del City de finalizar entre los cinco primeros.
Más aún con el Aston Villa, uno de los muchos clubes que luchan con el City por entrar en la Liga de Campeones, venciendo al Bournemouth por 1-0 gracias al gol de Ollie Watkins en la primera parte.
La contienda estaba prácticamente igualada. El City, tercero, se alejó dos puntos del Newcastle y el Chelsea, que se enfrentan en St. James’ Park el domingo, y también del Villa, sexto. El Nottingham Forest está dos puntos más atrás, pero también tiene un partido pendiente: jugará en casa contra el Leicester, ya descendido, el domingo.
Seis puntos separan al Arsenal en el segundo puesto y al Forest en el séptimo.
Parecía que el City había superado una mala racha tras un terrible bache de resultados de noviembre a febrero que dejó al equipo de Pep Guardiola fuera de la contienda por un quinto título consecutivo de la Premier League, así como de la Liga de Campeones.
De hecho, al llegar a Southampton después de cuatro victorias consecutivas y con el delantero estrella Haaland de regreso tras seis semanas de baja por una lesión de tobillo, el City incluso tenía buena pinta para superar al Arsenal y terminar segundo detrás del ya coronado campeón, el Liverpool.
Sin embargo, el City estuvo lento, Haaland apenas tuvo oportunidades y el convocado Phil Foden continuó pareciendo una sombra del hombre que fue el jugador del año del fútbol inglés la temporada pasada.
Este empate reaviva la preocupación sobre el equipo de Guardiola antes de los partidos que cerrarán su campaña en la Premier League: en casa contra el Bournemouth — un club que busca su primera clasificación para una competición europea — y a domicilio contra el Fulham. Antes de eso, se enfrentará a la final de la FA Cup contra el Crystal Palace el próximo fin de semana.
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