Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Dos goles y dos pases de gol ha cosechado el extremo del Barcelona, Lamine Yamal, en los tres partidos que esta temporada ha jugado contra el Real Madrid, su rival predilecto en la campaña de su despegue definitivo.
El talento del barrio de Rocafonda de Mataró, que disputará este domingo su séptimo y último clásico siendo menor de edad -el próximo 13 de julio cumplirá 18 años-, encara el duelo liguero decisivo en su mejor momento, tras una actuación estelar en las semifinales de la Liga de Campeones frente al Inter de Milán.
El Barça fue eliminado de la final de Múnich, pero el mundo del fútbol descubrió, si es que no lo había hecho ya, que el joven internacional español se ha convertido, con solo 17 años, en uno de los futbolistas más determinantes del mundo.
Puede leer: ¡Oneil Cruz! Busca unirse a la élite de los robadores latinos
Y es que en los grandes escenarios, como el del sábado, Lamine Yamal no se esconde. Ya avisó antes de la eliminatoria frente al conjunto italiano que para él la palabra ‘presión’ no existe. “No tengo miedo, lo dejé en el parque, en Mataró, hace tiempo”, dijo en rueda de prensa.
Cumplió con lo dicho y brilló tanto en la ida, marcando el gol con el que su equipo empezó a creer que podía darle la vuelta al 0-2 inicial, como en la vuelta, donde también puso en aprietos a la defensa italiana a pesar de quedarse con la miel en los labios al no batir al portero Yann Sommer, clave para explicar la clasificación del Inter a la final.
En una temporada en la que ya ha anotado 15 goles y ha repartido 20 asistencias, Lamine Yamal se ha echado el equipo azulgrana a la espalda en los momentos de mayor exigencia de las tres eliminatorias de la Champions que ha jugado. También ha dejado su huella en los tres clásicos jugados hasta la fecha.
En el primer Real Madrid-Barcelona del curso (0-4), el extremo catalán no destacó tanto como Raphinha, autor de un gol y una asistencia, o Lewandowski, que firmó un doblete, pero inscribió su nombre con un tanto, el tercero de su equipo, con el que se estrenó como goleador en un clásico.
También marcó en la goleada con la que el Barça levantó en enero la Supercopa de España (2-5), en Yeda (Arabia Saudí), donde igualó el tanto inicial del equipo blanco al culminar con clase un eslalon que recordó al mejor Messi.
En la reciente final de la Copa del Rey en Sevilla, que también se llevó el equipo catalán (3-2), el canterano no celebró ningún gol pero se inventó dos asistencias: la del primer tanto del partido de Pedro González ‘Pedri’ y la del empate de Ferran Torres (2-2) en los últimos compases.
Agregar Comentario