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En el adulto mayor (AM) surgen transformaciones que pueden influir en su día a día, impactando su sexualidad y vida sexual; sin embargo, el interés y el placer sexual no desaparecen. No solo el AM debe comprender estos cambios, sino también sus familiares cercanos.
La presencia de ciertas enfermedades, intervenciones quirúrgicas como la prostatectomía o mastectomía, o fármacos, pueden afectar su sexualidad o vida sexual.
En estos casos, la orientación y consejo transforman sus vidas. Entre los cambios psicológicos, se observa variación en el estado de ánimo (algunos se enfadan e irritan fácilmente), disminución de la capacidad cognitiva (procesamiento más lento), menor actividad de la memoria, preocupación por la soledad o la muerte, sentimientos de tristeza y miedo, y en muchos casos, aislamiento.
El cuerpo del AM cambia tanto interna como externamente (lo abordaré en mi próxima columna). Aceptar estos cambios de manera positiva es crucial para desenvolverse en esta etapa, que puede ser hermosa y gratificante si se es consciente de que depende más de nosotros mismos que de otros el asumir con madurez.
Esta etapa de la adultez mayor puede ser un tiempo de autoconocimiento y aceptación personal, adquisición de madurez emocional y espiritual, aprendizaje, disfrute de experiencias, experimentación e innovación, cultivar amistades existentes y explorar nuevas, afrontar los desafíos con cuidado y determinación, retomar proyectos, entre otras muchas cosas.
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