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Así se transforma una botella de plástico después de reciclarse – EFEverde

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Iniciativas del sector privado, como Plastipak Iberia, implementan sistemas de producción para darle una segunda vida al material.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Madrid (EFEverde).- En España, en el 2024 se reciclaron aproximadamente 1,5 millones de toneladas de desechos domésticos, de los cuales 589 mil toneladas corresponden a envases plásticos, según datos de Ecoembes. Iniciativas del sector privado, como Plastipak Iberia, implementan sistemas de producción para darle una segunda vida al material. Para conocer el proceso de cómo una botella se transforma en otra, la empresa abrió las puertas de su planta transformadora y recicladora. “Es importante que el plástico tenga un uso responsable, y que al desecharlo, se deposite en el sitio adecuado para su reutilización conveniente”, destaca el director técnico de Plastipak Iberia, Antonio Molina, mientras inicia el recorrido por la fábrica de preformas y envases de PET, ubicada en Casarrubios del Monte, en Toledo. En todo el 2024, cada ciudadano depositó 20,1 kg de envases de papel y cartón en los contenedores azules y 21,3 kg de residuos en los amarillos, que incluyen plástico, metal, briks y madera, según el informe Ecoembes. Mientras que el 33,4% de esos residuos no eran envases y, por lo tanto, no deberían haber terminado en ese contenedor. El material empleado para hacer una nueva botella proviene principalmente de los envases depositados en los contenedores amarillos, que son separados y clasificados para luego ser compactados en lo que se conoce como “bala” postconsumo. Los envases luego son triturados y desinfectados. El material resultante se denomina escama de PET postconsumo, que es el que ingresa a la línea de reciclado de Plastipak para su procesamiento en rPET. La materia prima se adquiere a distintos proveedores. En la fábrica de Plastipak Iberia, el proceso de producción comienza con la escama recibida. Nuevamente se realiza una clasificación y una descontaminación, que se repite en varios otros procesos posteriores. Una vez procesada en la máquina, el producto aparece en forma de espagueti, que después se corta y se convierte en pellets. El producto pasa al proceso de inyección, donde se comprime y calienta los gránulos de PET para su fusión. El material fundido es impulsado mediante presión hidráulica a las cavidades en el molde cerrado. Los moldes, según los técnicos, suelen ser de colada caliente con elevada complejidad; están diseñados para contener un sistema de refrigeración con agua fría, para un enfriamiento, asegurando su solidificación, el desmoldeo y el aspecto vítreo, característico del PET. Existe una zona de frío específica para la refrigeración de los moldes de cada una de las líneas de inyección. Al abrirse el molde, un brazo robótico extrae todas las preformas a la vez y las transmite sobre un “erizo” o sobre una cinta transportadora donde terminan de enfriarse, para después introducirlas en las cajas. Los moldes disponen de un número variable de cavidades, dependiendo del caso, por lo que en una inyectada se obtienen múltiples preformas, que son como pequeñas botellas con la zona de cierre o rosca ya terminada. La última fase es el proceso de estiramiento y soplado, mediante la introducción de aire a alta presión hasta obtener las formas finales de los envases. En la mayoría de los casos, las preformas se entregan a los clientes, lo que facilita el traslado, y finalmente el soplado se realiza directamente en sus respectivas instalaciones. La capacidad de reciclado en la planta, señalan los técnicos, es de 20.000 toneladas al año. Esta es la quinta instalación de reciclaje de Plastipak, que tiene otras plantas en EE. UU., Francia, Luxemburgo y Reino Unido. En total, la capacidad de producción anual es de más de 150.000 TM, puntualiza el Director Regional de Iberia y Marruecos, Vicente Montojo. Durante la visita a la planta, el director de la Asociación Española de Industriales de Plásticos (ANAIP), Luis Cediel, solicitó una regulación más equilibrada ante el Impuesto sobre Envases de Plástico No Reutilizables, que desde el 2023 ha aplicado un gravamen de 0,45€/kg de plástico virgen no reciclado en envases no reutilizables. Cediel indicó que existen desventajas competitivas frente a otros países europeos que no aplican el tributo. España es el único país de la Unión Europea que lo implementa. Señaló que, en dos años de la aplicación del impuesto, las importaciones han crecido 1.500 M€ y que existe una competencia desleal por falta de vigilancia de mercado y de control de las leyes. Como iniciativas de ANAIP citó: la Marca de “industria de plásticos Española y Sostenible”, sobre evidencias del cumplimiento de criterios y parámetros. También la plataforma MORE para el registro anual de la cantidad de materia reciclada que se usa en los procesos. La Normalización y Certificación, además del programa Operation Clean Sweep, una iniciativa para evitar la emisión al medioambiente de partículas de plástico. ¿Quieres ayudarnos? Comparte nuestro más reciente boletín semanal PlanetaSostenible con amig@s, colegas… que puedan estar interesad@s.

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