Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Es frecuente que los cargadores de nuestros móviles se calienten al usarlos, un suceso que se debe a varios procesos físicos y a la calidad del producto. Aunque se considera normal en muchas ocasiones, hay casos en que un calentamiento excesivo puede señalar problemas mayores.
Seguidamente, explicamos en detalle los motivos de este calentamiento, las posibles consecuencias y cómo podemos disminuir los riesgos de esta situación.
El calentamiento de un cargador mientras funciona tiene bases físicas claras. Cuando un cargador se conecta a la corriente, empieza a transformar la corriente alterna (CA) de la toma eléctrica en corriente continua (CC), que es la que utiliza el móvil.
En este proceso, parte de la energía se pierde en forma de calor, lo que es una consecuencia inevitable del funcionamiento del cargador.
Un término clave aquí es el efecto Joule, un fenómeno físico que explica cómo la resistencia eléctrica convierte parte de la energía en calor al fluir la electricidad a través de los componentes del cargador. El transformador y los circuitos de regulación internos son los puntos donde este fenómeno es más notable.
Además, emplear cargadores de baja calidad o no originales supone un factor de riesgo importante. Estos dispositivos a menudo no cumplen con los estándares correctos para convertir la energía de forma eficiente, lo que puede aumentar la generación de calor.
La sobrecarga es otra razón común; si el cargador se usa para dispositivos que necesitan más energía de la que puede ofrecer, este estrés adicional produce un sobrecalentamiento.
Si bien el calentamiento es, hasta cierto punto, normal, un exceso puede tener consecuencias graves. Primero, puede dañar tanto el cargador como el dispositivo conectado, reduciendo su vida útil. En el peor escenario, un cargador sobrecalentado implica un riesgo de incendio.
El entorno también tiene un papel fundamental en el aumento de la temperatura. Cargar un dispositivo en entornos con alta temperatura ambiental, como durante los meses de verano o directamente expuesto a la luz solar, puede intensificar el problema.
Igualmente, cargar el teléfono en superficies que no permiten una ventilación correcta, como almohadas o sofás, puede atrapar el calor y aumentar la temperatura del cargador.