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SANTO DOMINGO.- Un total de 25 personas privadas de libertad manifestaron sus emociones a través de la creatividad y el arte en la elaboración de productos artesanales, destrezas que aprendieron en los Centros de Corrección y Rehabilitación. Las creaciones incluyen trabajos en madera, tela, metal y otros materiales.
Así lo comunicó el director general de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC), coronel Roberto Hernández, quien resaltó que el 60% de los participantes en la Feria Artesanal y de Producción son mujeres privadas de libertad.
El coronel Hernández indicó que esta tercera edición de la feria representa un espacio donde “las manos expresan los sentimientos hacia la libertad y la conexión con la sociedad que los recibirá una vez cumplida su condena, en concordancia con el mandato constitucional sobre la reeducación y la reinserción de las personas privadas de libertad”.
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La procuradora general de la República, Yeni Berenice Reynoso, valoró la feria como una muestra del esfuerzo de los internos y de las actividades que contribuyen al proceso de reinserción social.
“Para la Procuraduría General de la República, el tratamiento penitenciario y la reinserción social son de vital importancia”, manifestó durante su recorrido por la feria, celebrada el pasado viernes frente al edificio Nuevo que alberga la Procuraduría y la Suprema Corte de Justicia (SCJ), en el Centro de los Héroes, Santo Domingo.
En la feria participaron internos de los recintos: Anamuya (Higüey), Cucama (La Romana), San Pedro de Macorís, Baní Mujeres (Baní), Najayo Mujeres (San Cristóbal), Vista al Valle (San Francisco de Macorís), La Isleta (Moca) y Rafey Hombres (Santiago). Todos forman parte del sistema penitenciario de régimen semiabierto, que permite a los internos continuar sus estudios universitarios.
Los privados de libertad que participaron expresaron su deseo de poner en práctica los conocimientos adquiridos una vez recuperen su libertad, mediante la instalación de negocios propios para sostener a sus familias y transmitir los aprendizajes a sus hijos.
Una de las internas, identificada como Rosa (nombre ficticio), madre de tres adolescentes, relató que tras cuatro años de reclusión, es la primera vez que participa en la Feria Artesanal. Exhibió y vendió sus trabajos en bisutería: cintillos decorativos, calipsos, forros para celulares, pulseras, entre otros accesorios.
Además de la artesanía, Rosa estudia estilismo en belleza y trabaja en el salón del recinto. Está finalizando sus estudios secundarios y sueña con cursar la licenciatura en Mercadeo, así como con abrir su propio salón de belleza al salir de prisión.
Por su parte, el privado de libertad Ambioris de León participó por tercera vez en la feria. Mostró trabajos en ebanistería, alfarería y otras artesanías elaboradas en maderas preciosas como caoba y roble.
Entre sus piezas destacan juegos de habitación, muebles, comedores y cajitas para guardar joyas.
Ambioris explicó que labora en el taller del sistema penitenciario, elaborando trabajos por encargo para personas externas.
Agregó que espera abrir su propio taller de ebanistería al salir, ya que ha reunido los recursos necesarios gracias al oficio que aprendió durante su tiempo en prisión.
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