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WASHINGTON (apro).- Esta semana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificará las medidas migratorias, con la mira puesta en una de sus promesas de campaña: deportar al menos un millón de migrantes sin papeles para 2025.
Con este objetivo, el mandatario recibirá en la Casa Blanca a autoridades policiales, como alguaciles y jefes de policía, para instarles a redoblar esfuerzos en las detenciones y deportaciones.
Trump enfrenta oposición de alcaldes y gobernadores demócratas de ciertos estados, por lo que la Casa Blanca busca demandarlos ante los tribunales por brindar refugio a la migración indocumentada.
Paralelamente, prosiguen las redadas antimigrantes, en medio de acusaciones por presuntas violaciones al debido proceso en las detenciones y deportaciones.
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