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ESTADOS UNIDOS.- — El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) llevaron a cabo un operativo en un club nocturno clandestino llamado “El Álamo”, ubicado en Charleston, Carolina del Sur, resultando en la detención de 72 migrantes indocumentados y el desmantelamiento de un centro dedicado al tráfico de drogas, armas y personas.
Según informaron este martes las autoridades, la redada tuvo lugar el pasado domingo 1 de junio y se centró en arrestar a personas con antecedentes penales, además de rescatar a seis menores de edad que se encontraban en el establecimiento.
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“El Álamo” era gestionado, según la información del DHS, por un presunto miembro del cártel de Los Zetas, ahora conocido como Cártel del Noreste, grupo declarado organización terrorista por la Administración Trump en febrero de 2025.
Algunos medios nombran a Benjamin Reyna-Flores, como el propietario del club, quién también fue arrestado. No se aclaró si se trata del supuesto narcotraficante.
Los Zetas, originalmente brazo militar del Cartel del Golfo, se separaron y protagonizaron una sangrienta guerra por el control del narcotráfico en México. En 2016, el grupo se fragmentó y emergió el CDN como su sucesor.
Durante la redada, los agentes incautaron dinero en efectivo, estupefacientes y armas, confirmando que el lugar servía como un punto clave para actividades ilegales.
Entre los detenidos, destaca el arresto de Sergio Joel Galo-Baca, un hondureño con una notificación roja activa de Interpol por homicidio en su país. Sobre este individuo pesa una orden internacional, y es uno de los casos más relevantes de la operación.
La operación identificó a varios menores de edad dentro del establecimiento, algunos con tan solo 13 años, a los que se les servían bebidas, y se localizaron posibles víctimas de trata de personas.
El sheriff del condado de Charleston, Carl Ritchie, explicó que la investigación comenzó en noviembre tras varias denuncias por ruido y que la redada, llamada “Operación Última Resistencia” (Operation Last Stand), permitió ejecutar 80 órdenes de arresto, muchas relacionadas con delitos graves y casos migratorios.
Ritchie añadió:
“Entre los arrestados hay dos miembros de alto nivel del cártel, y se espera que el número crezca. Encontramos armas, drogas y víctimas de trata que ahora están recibiendo ayuda.”
La subsecretaria de ICE, Tricia McLaughlin, calificó la acción como una “exitosa operación” que refleja el compromiso de las autoridades para mantener la seguridad en las comunidades estadounidenses.
“Bajo el presidente Trump y la secretaria del DHS, Krisiti Noem, los prófugos y delincuentes están advertidos: salgan ahora o ICE los encontrará y deportará,” afirmó McLaughlin.
Por su parte, el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, publicó en la red social X (antes Twitter):
“Esto es lo que nos trajeron años de fronteras abiertas, pero ahora las cosas han cambiado. Continuaremos con más investigaciones como esta para limpiar Carolina del Sur de estos criminales.”
El sheriff Carl Ritchie advirtió que hay planes para investigar otros negocios no autorizados en la zona y anticipó que habrá más operativos para combatir la criminalidad vinculada al narcotráfico y la inmigración irregular.
Asimismo, recalcó que todos los arrestados son inocentes hasta que un tribunal determine lo contrario.
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