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El migrante salvadoreño Kilmar Ábrego García, cuya deportación errónea a su país de origen fue admitida por la administración Trump, ha sido devuelto a Estados Unidos para afrontar dos cargos criminales.
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Conforme a la acusación formal presentada este viernes en el tribunal federal de distrito de Nashville, Ábrego García enfrenta un cargo por conspiración para transportar extranjeros y otro por transporte ilegal de extranjeros indocumentados.
El migrante fue deportado en marzo desde Estados Unidos a El Salvador, donde se encontraba encarcelado en una prisión de alta seguridad.
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La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, declaró este viernes en una conferencia de prensa que el gobierno salvadoreño aceptó el retorno de Ábrego García para que se enfrente a los cargos penales.
Bondi agradeció al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, por facilitar la gestión.
“Ábrego García ha llegado a Estados Unidos para responder ante la justicia”, afirmó Bondi, agregando que “así es la justicia estadounidense”.
Añadió que, si el migrante es hallado culpable de algún delito y cumple condena en Estados Unidos, después será repatriado a El Salvador.
Según la fiscal general, el gran jurado en Tennessee determinó que Ábrego García tuvo un “papel significativo” en una red de tráfico de personas.
El jurado consideró que este era su “empleo de tiempo completo” y que realizó más de 100 viajes para el tráfico de personas por todo el país, introduciendo a miles de inmigrantes ilegales en Estados Unidos, indicó Bondi.
La fiscal jefe de Trump también dijo que Ábrego García traficaba armas y narcóticos a Estados Unidos.
Agregó que un cómplice involucró al salvadoreño en el asesinato de la madre de un pandillero rival.
“Estos hechos demuestran que Ábrego García representa un peligro para nuestra comunidad”, aseveró.
Bondi no presentó evidencia de estas dos últimas acusaciones, y Ábrego García no enfrenta cargos relacionados con ellas.
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