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ESTADOS UNIDOS. — El jueves, el expresidente Donald Trump y el empresario Elon Musk rompieron su vínculo de manera pública. El conflicto quedó al descubierto luego de varios mensajes en redes sociales y declaraciones que evidencian profundas discrepancias.
Ambos han sido aliados en diferentes momentos, pero ahora sus diferencias amenazan con una confrontación prolongada.
Según un artículo publicado por The New York Times, este pleito mediático podría generar perjuicios a ambos, así como a la población en general:
Musk ha invertido más de 250 millones de dólares en campañas políticas a favor del partido republicano. Ahora podría utilizar esos recursos para apoyar a candidatos opuestos a Trump. Además, aún no ha entregado 100 millones de dólares que había prometido.
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Desde su red social X, Musk ha lanzado críticas a los líderes republicanos. También publicó una encuesta preguntando si era momento de crear un nuevo partido político que represente al “80% del centro”. Más del 80% votó “sí”.
Musk insinuó que la administración Trump retrasó la publicación de los archivos relacionados con Jeffrey Epstein porque el nombre del expresidente aparecía en ellos. Dijo: “Guarden esta publicación para el futuro. La verdad saldrá a la luz”.
El empresario amenazó con desmantelar la nave Dragon de SpaceX, que transporta astronautas y suministros a la Estación Espacial Internacional. Aunque luego aclaró que no lo haría, la amenaza provocó reacciones, incluso de aliados cercanos a Trump.
Trump sugirió en su red Truth Social que cancelar los contratos con las empresas de Musk sería “la forma más fácil de ahorrar dinero”. Solo en 2024, las empresas de Musk obtuvieron casi 3 mil millones de dólares en contratos con el gobierno.
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Stephen Bannon, aliado de Trump, solicitó una investigación sobre el estatus migratorio del empresario, a pesar de que Musk es ciudadano estadounidense naturalizado. También pidió investigar un supuesto consumo de drogas y su interés por información clasificada sobre China.
Musk tiene acceso a información confidencial por sus vínculos con la NASA y otros organismos. La Casa Blanca podría suspender o revocar esta autorización, afectando directamente las operaciones de SpaceX.
Trump podría ordenar investigaciones formales a través del Departamento de Justicia o firmar órdenes ejecutivas para sancionar a Musk. También podría detener proyectos que impulsa el empresario, como iniciativas tecnológicas o programas de eficiencia gubernamental.
Aunque el conflicto es entre dos figuras públicas, sus decisiones pueden tener efectos concretos. Cambios en contratos gubernamentales afectarían a empleados, proveedores y a sectores estratégicos como el aeroespacial o la energía.
El uso de redes sociales para movilizar opiniones también podría impactar el panorama electoral de Estados Unidos.
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El futuro de esta disputa dependerá de si alguno de los dos decide dar marcha atrás. Por ahora, los mensajes cruzados continúan y cada parte parece lista para escalar el conflicto. Cualquier avance podría tener implicaciones políticas, económicas o legales. Se trata de una confrontación entre intereses privados y poderes públicos, con consecuencias que van más allá del conflicto personal.
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