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Los cambios en la política comercial global presentan muchas oportunidades que República Dominicana debería capitalizar. Así lo expresó el presidente de la Asociación Dominicana de Ferreteros (Asodefe), Constantino Ramírez, durante su participación en el Encuentro de HOY, junto con otros directivos de la entidad, como Arturo Espinal, vicepresidente; Juan Carlos Villar, tesorero; José Rodríguez, secretario general y Félix Stalin Sánchez, asesor. Para Ramírez, la política comercial del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, es más una oportunidad que un desafío para República Dominicana. Consideró que Trump es un estratega y que las medidas comerciales que está implementando ya están generando un impacto positivo en el mercado local. Agregó que la demanda de espacios para la décimo novena Expo Ferretera Dominicana 2025, los días 13, 14 y 15 de junio, ha superado las expectativas en comparación con otros años. Indicó que hay un redireccionamiento de la manufactura fuera de los puertos estadounidenses para “evadir” la imposición de nuevos aranceles. Afirmó que hoy día existe un desafío, ya que “el mundo está en movimiento”, lo cual es positivo en materia comercial, en su opinión. Instó a los sectores a estar atentos y a aprovechar las oportunidades de negocio que podrían surgir de lo que algunos ven como una política con rasgos proteccionistas y la búsqueda de acuerdos comerciales bilaterales, con el propósito de “volver a engrandecer a Estados Unidos” y proteger su industria. Recordó que la delegación dominicana liderada por el presidente de la República, Luis Abinader, que viajó a Estados Unidos en mayo pasado para reunirse con el Secretario de Estado, Marco Rubio, fue una buena iniciativa del gobierno dominicano. Destacó la importancia de que el Secretario de Estado estadounidense manifestara su intención de mantener un contacto permanente con las autoridades dominicanas para fortalecer las relaciones bilaterales entre ambas naciones. Entre las principales medidas de Trump se encuentran la imposición de aranceles a productos de acero y aluminio importados de varios países, así como a una amplia gama de productos de China, con el fin de proteger la industria nacional. También buscó acuerdos comerciales bilaterales con países como México y Canadá, para modernizar el Nafta o Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y reducir las barreras comerciales. Retiró a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y cuestionó a la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que provocó tensiones comerciales con otras naciones. Además, incrementó el número de investigaciones y sanciones comerciales contra empresas extranjeras, especialmente en sectores como el tecnológico y el automotriz. Igualmente, Donald Trump priorizó el crecimiento y la modernización de la industria manufacturera en Estados Unidos, a través de medidas como la reducción de impuestos corporativos.
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