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Madrid, 10 de junio (EFE).- La jornada laboral de una joven repartidora dominicana en Zaragoza (España) se complica a medida que avanzan sus problemas personales y un peligroso encargo en la película ‘Rider’, un ‘thriller’ social del que han charlado con EFE su director, el español Ignacio Estaregui, y su protagonista, la venezolana Mariela Martínez.
La cinta, que se estrena este viernes en cines en España, sigue las peripecias en tiempo real de la joven Fío, estudiante de máster que, debido a problemas económicos, pide prestada la licencia de repartidora y la bicicleta a su compañera de piso, Bernie (Victoria Santos), y se ve envuelta en situaciones que ella cree, erróneamente, que podrá controlar.
Para su director (Zaragoza, 1978), la identidad es uno de los grandes temas de la película. “Todos, en algún momento, hemos pensado que, quizás, comportándonos de otra manera podríamos alcanzar más rápido ciertos objetivos”, explica.
Pero su protagonista “se da cuenta de que prefiere llegar a esos objetivos dando un rodeo, pero siendo fiel a sí misma”, agrega el también director de ‘Miau’ (2018). Otro gran tema es la amistad con Bernie, en un contexto de mujeres migrantes que deben apoyarse para sobrevivir, y que se convierten casi en familia.
Emociones intensas
“Fío cuida sus vínculos y se da cuenta de que debe aceptar al otro como es, debe perdonar. En su camino, el migrante se va no solo adaptando a una cultura diferente, sino a que las cosas están en constante cambio”, subraya Mariela Martínez, quien, junto a su personaje, ha aprendido que todos podemos equivocarnos y “es lindo pedir perdón”.
La actriz, nacida hace 34 años en Punta de Mata (Venezuela), que actuó en la película ‘La jefa’ (2022) y pasó una temporada en Argentina antes de instalarse en España, también tuvo que prepararse físicamente para un papel en el que muestra emociones intensas mientras pedalea y carga peso.
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Para ella, la experiencia de migrar es “bastante transformadora, desafiante, un proceso que se inicia y nunca termina. Es difícil hasta que logras crear un vínculo, tu tribu. Hay un momento de soledad y de sentirse muy vulnerable”, resalta, elementos que también están presentes en esta película.
La ciudad de Zaragoza, donde nació y reside su director, es en la cinta “el reflejo de cualquier otra ciudad mediterránea” y, al mismo tiempo, “una metáfora de lo que le está pasando al personaje, porque empieza en una zona acomodada, moderna, desarrollada de la ciudad, pero conforme se adentra en ese laberinto de emociones, la ciudad se va complicando, se va enrevesando hasta ser una zona más degradada”, señala el director.
Geógrafo de formación y curioso sobre la evolución del paisaje urbano -por ejemplo, los bancos donde antes se sentaban ancianos y ahora repartidores- Estaregui ha querido representar una especie de juego de espejos en el que las calles conectan unas con otras (a veces de manera irreal) para conformar un mapa mental donde, a medida que la protagonista avanza, la ciudad se va oscureciendo.
Mariela Martínez, que se confiesa “súper nerviosa, pero muy contenta” ante el estreno de la película, invita a dar importancia a los vínculos, ya sean entre migrantes entre países, o los que se establecen de una provincia a una gran ciudad.
“Es decirse, mira, no sé qué va a pasar, cómo vamos a resolver todo esto, pero si estamos juntos, si estamos juntas, todo estará bien en algún momento”, concluye. EFE
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