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La incidencia acumulada es de 0.33 por cada 100,000 habitantes, lo que, según el informe de la Dirección de Epidemiología (Diepi), representa una reducción del 11%.
También se registraron dos casos en niños de entre uno y cuatro años, y otros dos en adultos de 40 a 49 años.
De acuerdo con Plutarco Arias, expresidente de la Sociedad Dominicana de Neumología y Cirugía del Tórax, en lo que va de año, en sus consultas ha notado un aumento en la incidencia de esta enfermedad, que se puede prevenir mediante vacunas.
Específicamente, detalló que ha atendido tres casos positivos y alrededor de 10 pacientes con sospechas de la afección.
“Hasta mayo, estos países reportaron 14.201 casos y 93 muertes. Aunque esta cifra está por debajo del total provisional de 2024 para toda la región (43.751 casos), ya supera con creces los 4.139 casos registrados en 2023 y los 3.283 de 2022”, señaló la OPS.
La OPS relaciona este resurgimiento con la disminución constante de las coberturas de vacunación durante la pandemia por COVID-19. En ese sentido, instó a los países a reforzar la vigilancia epidemiológica y enfocarse especialmente en los menores de un año.
La tosferina empieza con fiebre leve, secreción nasal y tos, que rápidamente evoluciona a accesos intensos de tos seguidos de una inspiración ruidosa característica.
La neumóloga Evangelina Soler explicó que la enfermedad puede presentar un cuadro de tos agudo, subagudo o persistente, conocida como “tos perruna”.
Indicó que la transmisión de esta patología de alta virulencia se da a través de gotitas expulsadas al toser o hablar, que pueden inhalarse y llegar al tracto respiratorio o cualquier mucosa.
Soler enfatizó que la vacunación es fundamental para la prevención, además del uso del tapabocas y cubrirse al estornudar. En el país, la vacuna está incluida en el esquema nacional, a través de la DTP (difteria, tétanos y tosferina).
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