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El lugar donde jugará en el Oracle Park lo decidirán el mánager Bob Melvin y el presidente de operaciones de béisbol, Buster Posey.
“Ellos son los que toman las decisiones”, comentó Devers el martes a través del traductor de los Gigantes, Erwin Higueros. “Estoy aquí para jugar donde deseen”.
Esa apertura para jugar en cualquier posición en el diamante representa un cambio con respecto a su postura en Boston, donde su rol defensivo se convirtió en un punto de conflicto entre Devers y los Red Sox esta temporada, culminando finalmente en el traspaso del domingo a San Francisco.
“Eso ya es cosa del pasado”, afirmó Devers. “Voy a mirar hacia adelante”, enfatizó el bateador zurdo en un reporte del diario The Mercury News.
Melvin indicó que Devers sería el bateador designado de los Gigantes en el tercer puesto en el primer juego de la serie el martes por la noche contra los Cleveland Guardians. Añadió que Devers practicaría en primera base antes de que el equipo considere situarlo allí.
“Jugaré donde me pidan, batearé donde me indiquen”, recordó Melvin que dijo Devers en su primera reunión en persona después del cambio.
Devers, de 28 años, firmó una enorme extensión de contrato por 10 años y 313.5 millones de dólares con los Red Sox en enero de 2023, lo que lo consolidó como el jugador estrella de Boston que permaneció en el equipo campeón de la Serie Mundial de 2018.
Pero la tensión entre el jugador y el equipo se incrementó durante la pretemporada cuando los Medias Rojas ficharon al antesalista Alex Bregman, ganador del Guante de Oro de 2024, poco antes de los entrenamientos de primavera y le solicitaron a Devers que pasara a bateador designado. Devers ha sido un defensor por debajo del promedio a lo largo de su carrera, que incluye tres temporadas con más de 20 errores.
Devers declaró que sintió que le habían arrebatado su puesto sin contemplaciones, pero finalmente aceptó ser el bateador designado del equipo esta temporada.
A principios de mayo, el primera base de Boston, Triston Casas, sufrió una rotura del tendón rotuliano, lo que puso fin a su temporada. Los Medias Rojas le solicitaron a Devers que jugara en primera base, lo que agravó aún más su frustración por su posición. Se negó a asumir la primera base, pero continuó como bateador designado, incluyendo un jonrón contra los Yankees el domingo por la tarde en la victoria que aseguró la barrida.
Horas más tarde, fue cambiado a los Gigantes por los lanzadores Kyle Harrison y Jordan Hicks, junto con el prospecto James Tibbs III y el lanzador novato José Bello.
“Esta es una organización nueva. Me alegra estar aquí”, declaró Devers sobre su nueva propuesta de jugar en primera base.
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