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WASHINGTON, D.C. – — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comunicó a sus principales consejeros que estaba de acuerdo con los planes para atacar Irán, según fuentes de Reuters.
El mandatario persigue que Teherán desista de su programa nuclear, según personas que conocen las discusiones.
La planta de enriquecimiento de Fordow, fuertemente custodiada por Irán, es un posible blanco estadounidense; está bajo tierra, en el interior de una montaña, y, generalmente, los expertos militares la consideran fuera del alcance de cualquier explosivo, a excepción de los más potentes.
Cuando se le preguntó antes si había resuelto atacar las instalaciones nucleares iraníes, Trump contestó: “Puede que sí, puede que no”.
Y reiteró su exigencia de una rendición incondicional por parte de Irán:
“La semana que viene será muy importante, quizás menos de una semana”.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, declaró con anterioridad que su país no se rendirá y advirtió que cualquier intervención militar estadounidense acarreará consecuencias irreparables.
En los últimos días, el ejército estadounidense ha reforzado su presencia en Oriente Medio. Un tercer destructor de la Marina de EEUU entró en el Mediterráneo oriental y un segundo grupo de ataque con portaaviones se dirige hacia el mar Arábigo.
Si bien el Pentágono asegura que este despliegue es únicamente defensivo, también posiciona mejor a Estados Unidos en caso de que Trump decida unirse a los ataques israelíes contra Irán. Además, podría ser una estrategia para presionar a Irán a rendirse o hacer concesiones.
Israel e Irán han seguido intercambiando fuego, y el número de fallecidos en Irán superó los 450, según un grupo de derechos humanos. En Israel, 24 personas han muerto a consecuencia de los ataques iraníes.
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