La Iglesia Episcopal promueve un nuevo Código Canónico y un enfoque ético para el aborto terapéutico

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El obispo diocesano de la Iglesia Episcopal Dominicana, reverendísimo Moisés Quezada Mota, se manifestó a favor de la aprobación completa del nuevo Código Penal (CP) e instó a las cámaras legislativas a no seguir retrasando un instrumento legal que considera imprescindible para los tiempos actuales.

“Las cámaras deben aprobar de una vez todo el Código Penal. Si el aborto impide ese avance, debe ser debatido aparte, ahora o más adelante”, expresó.

El líder anglicano reiteró que, aunque la Iglesia Episcopal valora profundamente la vida como un don sagrado, también reconoce los dilemas morales que surgen en contextos complejos, como la violación, el incesto o el riesgo de muerte materna.

“En esos momentos cruciales, debe intervenir la ciencia, la familia y la atención pastoral”, dijo, al subrayar que en la comunión anglicana existen diversas posturas: desde una defensa estricta de la vida, hasta la aceptación del aborto terapéutico bajo ciertas circunstancias.

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Quezada Mota recordó que la reflexión ética es parte esencial de la identidad anglicana, basada en la Triada de Biblia, Tradición y Razón. “Seguimos el legado de líderes anteriores que no abordaban estos temas con radicalismo, sino, con sentido pastoral y entendimiento de la complejidad humana”, agregó.

Con respecto a la posibilidad de un consenso cristiano sobre las causales del aborto, admitió que es difícil, aunque valoró el diálogo interreligioso como herramienta para acercar posiciones. “Más que un tema legal, se trata de una postura ética y moral desde la fe”, señaló.

Aunque la Iglesia Episcopal Dominicana no ha participado en conversaciones oficiales con otras denominaciones o sectores legislativos, el obispo expresó disposición al diálogo, como forma de responder a los profundos cambios culturales, sociales y espirituales del país.

Finalmente, urgió a que se apruebe el nuevo CP y reiteró el compromiso de su iglesia con la vida, la salud y el bienestar de todas las personas. “La iglesia debe ser un lugar de paz, salud espiritual y física para todos, especialmente, para quienes atraviesan situaciones dolorosas o traumáticas”, concluyó.