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¿Y si el problema no fuera la sustancia en sí? Una perspectiva diferente sobre las adicciones

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Desde la psicología contextual, un enfoque terapéutico actual, se comprende que el consumo a menudo cumple una función emocional.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Desde la psicología contextual, un enfoque terapéutico actual, se comprende que el consumo a menudo cumple una función emocional. Durante mucho tiempo, el foco en adicciones ha estado en la sustancia: su peligrosidad, cómo afecta al cuerpo, y lo difícil de dejarla. Pero, ¿y si el verdadero problema no reside en la droga, sino en lo que la persona busca o evita al usarla?

Según este enfoque terapéutico moderno, el consumo usualmente tiene una función emocional. O sea, muchas personas consumen, no para “dañarse”, sino para dejar de sentir dolor, escapar de recuerdos dolorosos, aliviar la ansiedad o tratar de sentirse “normal” por un tiempo.

La sustancia, por lo tanto, no es el núcleo del problema, sino un intento a menudo desesperado de manejar el sufrimiento. Por eso, concentrarse solo en eliminar la droga sin explorar lo subyacente, puede dejar a la persona igual de vacía o buscando otra forma de escape.

Este enfoque plantea algo diferente: ayudar a la persona a reconectar con sus valores, a recuperar lo que realmente importa y a aprender nuevas maneras de enfrentar sus emociones sin necesidad de anestesiarlas. Se trata de construir una vida con propósito, donde el consumo ya no sea necesario.

No se trata de justificar el uso de drogas, ni negar los daños que causan. Se trata de comprender a la persona más allá del síntoma. Porque cuando escuchamos sin juzgar, cuando acompañamos en vez de señalar, podemos marcar una diferencia real.

Tal vez, si modificamos la manera en que vemos las adicciones, también podamos cambiar la forma en que acompañamos a quienes las sufren.

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