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En 2014 y tras la propuesta del DJ Rick McNelly, se estableció la organización ‘National Selfie Day’ el 21 de junio de ese mismo año, con el objetivo de recaudar fondos para respaldar diversas causas benéficas. En 2015, “selfie” se convertiría en la palabra del año, según la editorial de la universidad de Oxford.
Como uno de los países punteros en tecnología, en Japón, la empresa Sharp lanzó en el año 2000 el Sharp J-SH04, el primer teléfono con cámara frontal, aunque solo para esa nación. Posteriormente, llegaría el Nokia 7650 a nivel mundial, que incorporaba una cámara CGA; toda una innovación para la época.
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El término “selfie” se refiere comúnmente a tomar una foto con la cámara frontal del móvil, pero antes eran más bien autorretratos. Robert Cornelius, pionero de la fotografía, hizo el primero y en la parte trasera de la foto escribió: “La primera fotografía lumínica jamás tomada, 1839”.
La palabra selfie se usó por primera vez en el año 2002, en un foro de internet australiano.
1. Posiciona tu rostro en un ángulo ligero en lugar de tomar la fotografía de frente
Los distintos ángulos ayudarán a resaltar tu estructura ósea y agregarán profundidad a la foto. Gira la cabeza unos grados hacia la derecha o izquierda para destacar tus rasgos. Sujeta la cámara un poco por encima de la altura de tus ojos para que tu mandíbula se vea más definida.
Tómate la foto enfatizando tu “lado bueno”, que generalmente es el lado de tu rostro que luce más equilibrado y simétrico.
2. Usa la luz natural y toma tu foto cerca de una ventana o al aire libre.
Tener una fuente de luz estable es esencial para cualquier tipo de fotografía, y las selfies no son la excepción. Si intentas hacerte un selfie en una habitación con poca luz o con una luz fluorescente intensa, las sombras podrían ser menos favorecedoras.
La luz natural reproduce los colores con mayor fidelidad que la luz artificial, pero puedes usarla para rellenar las sombras. Si no tienes la mejor iluminación, la mayoría de las cámaras digitales modernas cuentan con corrección de color automática para compensarlo.
3. Juega con los temporizadores automáticos y los modos ráfaga
Tomar un selfie sin sostener el teléfono puede ayudarte a capturar momentos de acción o a lograr la toma perfecta. Si tienes un iPhone, el modo ráfaga te permite tomar varias fotos en poco tiempo, para que puedas elegir la que capture la expresión facial o pose específica.
Los temporizadores automáticos son una excelente opción para evitar fotografías movidas o borrosas.
4. Cuidado con los intrusos en las fotos
Los culpables más comunes incluyen hermanos pequeños, niños llorando y perros haciendo sus necesidades en el césped. Antes de hacerte la selfie, echa un vistazo rápido a tu alrededor para asegurarte de que no haya nada ni nadie al acecho en las sombras, esperando arruinar el momento.
5. Utiliza el modo retrato para agregar dramatismo y estilo a tus fotos
Al activar el modo retrato en tu smartphone, crearás una foto que se enfocará en tu rostro y desenfocará ligeramente el fondo. Por ejemplo, en el iPhone, puedes experimentar con distintos modos de iluminación como “Luz de estudio”, “Luz de contorno”, “Luz de escenario” y más.
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