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Devers inició su primera serie contra los Medias Rojas yéndose de 5-0 el viernes por la noche y conectó un rodado en su primer turno al bate el sábado. Luego, cumplió las expectativas de su nuevo equipo al conectar un batazo a la banda contraria contra Brayan Bello por encima de la barda del jardín izquierdo para un cuadrangular de dos carreras en la tercera entrada.
Devers recibió fuertes ovaciones de la gran multitud en San Francisco cuando recorrió las bases para lograr su jonrón número 216 de su carrera, el cual, casualmente, fue atrapado por un aficionado que vestía una camiseta de los Red Sox.
Devers fue traspasado por Boston menos de dos años después de haber firmado una extensión de contrato por 10 años y 313,5 millones de dólares en 2023.
La relación de Devers con los Medias Rojas comenzó a deteriorarse cuando el equipo fichó al antesalista Guante de Oro, Alex Bregman, durante los entrenamientos de primavera y le pidió que se cambiara a bateador designado; este se resistió antes de aceptar el cambio. Cuando el inicialista Triston Casas sufrió una lesión de rodilla que le puso fin a la temporada, los Medias Rojas le propusieron a Devers jugar en el campo, pero él se negó, argumentando que la directiva “debería hacer su trabajo” y buscar a otro jugador.
Un día después de los comentarios de Devers a los medios sobre jugar en primera, el dueño de los Red Sox, John Henry, el presidente del equipo Sam Kennedy y el director de béisbol Craig Breslow viajaron a Kansas City para reunirse con Devers y el mánager Alex Cora.
La postura de Devers no cambió y finalmente fue traspasado a San Francisco, donde practica en primera base, para jugar allí más adelante esta temporada. Devers declaró el viernes que no habría hecho nada diferente durante su tiempo en Boston, y agregó que se sentía tan feliz como en años posteriores tras unirse a los Giants.
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