Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Con la llegada del verano, las pedicuras y manicuras están a la orden del día. Pero es crucial tener precaución y realizar estos tratamientos de manera segura. Los expertos sugieren no retirar las cutículas y ser muy cuidadosos al limar tanto las uñas como los talones.
No es raro ir a un centro de estética para una pedicura o manicura y que entre las prácticas se encuentre la eliminación de las cutículas, tanto de las manos como de los pies, para facilitar la aplicación del esmalte y que quede más uniforme.
La dermatóloga del grupo español de dermatología estética y terapéutica (Gedet) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Inés Escandell, explica a EFEsalud que esta fina capa de piel tiene varias funciones.
Lee también: La picazón persistente en la piel podría indicar una enfermedad grave.
“Una de ellas es producir una de las capas más superficiales de la uña, y al quitarla, la uña se adelgaza, perdiendo una capa de protección, lo que facilita que se dañe”, afirma Escandell.
Además, quitar las cutículas elimina la parte de la piel que ayuda a fijar la uña y facilita la entrada de microorganismos.
Desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, Elena Carrascosa, destaca que las cutículas protegen la matriz de la uña y previenen infecciones.
“Muchas veces en los centros de estética las quitan y luego aparecen padrastros o espículas, lo que puede agravar una infección y complicarse. Lo ideal es no tocar la cutícula, solo esmaltar la lámina de la uña”, dice Carrascosa.
Ambas expertas coinciden en otro problema: no solo la eliminación de la cutícula, sino también el instrumental utilizado, que debe estar esterilizado. Puede ocurrir, aunque no es habitual, que se produzca una herida con riesgo de infección.
Es indispensable que los centros de estética cuenten con un autoclave para esterilizar el material.
En el caso de las limas usadas para eliminar la piel muerta, especialmente en los talones, se emplean en múltiples ocasiones con diferentes clientes, y esas células muertas pueden contener restos de papilomas o verrugas.
“Deberían ser de uso personal, he visto que cambian la lima porque es adhesiva. Los instrumentos metálicos, aunque no son personales, sí deben esterilizarse con autoclave”, resalta la dermatóloga.
La presidenta de los podólogos señala que “un profesional de estética no puede usar instrumentos cortantes o punzantes en manicuras o pedicuras para eliminar durezas, callosidades o tratar problemas podológicos”.
Por ello, distingue entre una pedicura, que es el embellecimiento de los pies realizado por un profesional de estética, y lo que hacen los podólogos: eliminar callos, durezas e inspeccionar la salud de las uñas.
“En verano, muchos pacientes desean mejorar el aspecto de sus pies tras estar cubiertos en invierno. Son los grandes olvidados. Es un buen momento para acudir a un podólogo para una puesta a punto”, afirma Carrascosa, que también aconseja sobre hidratación de la piel y calzado.
Y luego, si se desea esmaltar las uñas, hay que ir a los centros de estética.
Carrascosa no recomienda limar los talones en la pedicura, ya que, al no estar bajo supervisión podológica, un limado excesivo podría causar problemas, especialmente si hay grietas o heridas.
“La piel del talón es mucho más gruesa que la de la cara. Vemos en verano talones con hiperqueratosis (durezas). Hay que eliminarlas, pero saber cuánto para evitar problemas”, sostiene la podóloga.
También es importante la dureza de la lima, ya que en algunos centros de estética podría no usarse el material adecuado, resultando en un limado excesivo y una piel más debilitada.
En cuanto a cómo limar las uñas, la dermatóloga del Gedet indica que no es tan relevante en las manos como en los pies.
“En los pies, las uñas deben limarse cuadradas para evitar la onicocriptosis (uña encarnada)”, destaca.
Respecto a los esmaltes, se aconseja no mantenerlos por mucho tiempo, ya que ciertas partículas se depositan en la uña y alteran su color. Tampoco se deben retirar con acetona, por ser un químico tóxico.
Y, a ser posible, que el esmaltado de manicuras y pedicuras no sea permanente ni semipermanente.
Agregar Comentario