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Antes de los bombardeos de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, había alertado que el futuro de la humanidad estaba en peligro.
Luego de una angustiosa espera, el presidente Donald Trump sorprendió a todos con una intervención armada antes de las dos semanas que había dado para anunciar su decisión sobre el conflicto.
Trump hizo caso omiso a las peticiones del liderazgo internacional de no involucrarse en un conflicto que, como dijo Guterres, aumentaría la incertidumbre.
Irán, aliado de China y Rusia, y con abundantes recursos, se ha limitado a anunciar una respuesta ante los bombardeos ordenados por Trump.
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Irán se arriesgó demasiado con sus ensayos nucleares y el incumplimiento de los acuerdos, incluso con la ONU.
Pero la intervención de Estados Unidos, desoyendo incluso la mediación en la que se había comprometido Rusia, no hace sino aumentar las tensiones globales.
No se prevé que otras potencias intervengan en el conflicto, pero la decisión de Trump se ve como un desafío al equilibrio que ha prevalecido hasta ahora.
Guterres tenía razón al señalar que había otros medios para presionar a Irán sin la guerra declarada por Estados Unidos en apoyo a Israel.
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