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La alimentación y el estilo de vida infantil actuales influirán directamente en su salud adulta. Por ello, Monserrat Rodríguez León, directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), aconseja exponer a los niños a un entorno saludable para que desarrollen hábitos adecuados desde pequeños.
Hoy en día, existe una gran oferta de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares y grasas, a los que los niños tienen fácil acceso. Por eso, es fundamental tomar medidas para que padres e hijos trabajen juntos en casa y hagan mejores elecciones alimentarias.
Comer bien empieza en casa. Es esencial fomentar buenos hábitos de salud desde la infancia para formar un estilo de vida saludable que perdure. Los primeros años son cruciales.
“Seguramente te han dicho que los niños aprenden por imitación. Los padres y hermanos mayores son un ejemplo para los pequeños. Si tienes niños en sus primeros años de vida, aprovecha la oportunidad de mejorar los hábitos alimenticios de toda la familia. Comienza con una alimentación equilibrada, con verduras, proteínas y carbohidratos. Ofrece fruta picada como postre, ya que consumir alimentos de diferentes grupos favorece el desarrollo cerebral y la concentración en la escuela. Estos pequeños cambios te permitirán disfrutar de una gran variedad de combinaciones y cuidar la salud de tu familia”, señala Rodríguez.
También, no olvides que los niños aprenden constantemente. Una tarea interesante es involucrarlos en la selección y preparación de alimentos en casa, especialmente los fines de semana.
Permíteles realizar tareas acordes a su edad. Pueden participar en la elección de alimentos en el mercado o supermercado, lavar, cortar, mezclar, romper huevos. Lo importante es que se sientan parte del proceso. Crea platos coloridos, pues un plato visualmente atractivo tendrá más éxito. Recuerda que la hora de comer sí importa: los niños necesitan una rutina para regular el apetito, por lo que establecer horarios es fundamental.
Además, el ambiente durante la comida debe ser familiar. Es crucial que los adultos sirvan de guía, creando una atmósfera cálida donde se prioricen temas de conversación agradables y se eviten las pantallas durante los 20-30 minutos dedicados a la alimentación.
Cuando los niños participan en la selección y preparación de alimentos, se despierta su curiosidad por probar nuevos sabores y texturas. El objetivo es que sepan que pueden tomar decisiones saludables y elegir una gran variedad de ingredientes, promoviendo así el bienestar familiar.
Cada elección saludable que haces hoy es una inversión en la salud de tus hijos. Sé paciente, cariñoso y constante en el proceso, ya que ser un buen ejemplo garantiza que tus hijos crezcan sanos, fuertes y felices.
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