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La biografía ‘Trajano. El mejor emperador’, de David Soria Molina, se enfoca en los aspectos menos conocidos de la política internacional del emperador hispano.
Pensar en Marco Ulpio Trajano es evocar el Danubio, las nieblas de la frontera de un Imperio romano en pleno auge y hordas de legionarios combatiendo a ancestrales enemigos. Pero el doctor en Historia Antigua David Soria Molina, en su biografía Trajano. El mejor emperador, ha logrado también poner el foco sobre otro aspecto a menudo ignorado de aquel período. El universo que estaba más allá de Dacia o Partia, abarcando la India, las arenas de Arabia o la lejana China. Pueblos sin cuya existencia es imposible entender las acciones de Trajano.
Esto no significa, sin embargo, que la biografía sobre el emperador hispano de Soria Molina no profundice en los vicios y virtudes del personaje, sino que el autor se ha preocupado, y mucho, por ofrecernos un contexto internacional, dedicando un amplio e interesante espacio a describir la situación del Imperio kushán o de la dinastía china de los Han, incidiendo en sus relaciones, exitosas o no, con una Roma que tenía entre sus objetivos esenciales controlar los millones de sestercios que podía proporcionar el dominio de la mítica ruta de la seda.
Paralelamente, Soria Molina traza un perfil del emperador Trajano desde sus orígenes, presentándolo como alguien mucho más cercano al defenestrado Domiciano de lo que algunos autores han querido, pasando por las turbulencias de su adopción por parte de Nerva hasta convertirse en un experto propagandista que elevó el despotismo a un nuevo nivel, reformando la administración e incorporando sangre nueva a la élite del Imperio.
Por supuesto, en esta biografía tampoco falta la faceta bélica del personaje. Un hombre de sólida mentalidad estratégica que, sin ser un genio como Aníbal Barca, fue capaz de poner en marcha brillantes campañas militares, aderezadas con una reforma del ejército romano que profundizó en la modernización de sus tácticas e incorporó nuevo armamento con el que hacer frente a adversarios difíciles.
En este sentido, Soria Molina dedica muchas páginas, que se leen con fluidez, a las abundantes operaciones militares de Trajano, acompañadas siempre de mapas operacionales que facilitan la comprensión de cada episodio, sin descuidar, además, los objetivos que en cada campaña tenían los enemigos de Roma. Detalles todos estos que convierten Trajano. El mejor emperador en una obra muy completa que satisface tanto a quienes desean saber más sobre el gobernante como a aquellos que quieren sumergirse en una época fascinante de la historia, llena de pueblos cuyas victorias y derrotas frente a Roma contribuyeron a construir el mundo que vendría después.
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