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CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Entre jinetes charros y enormes figuras de gallos, miles de manifestantes provenientes de diversos lugares de México se reunieron el jueves en el corazón de la capital mexicana para alzar la voz en apoyo a costumbres centenarias como las peleas de gallos y las corridas de toros, que han perdido terreno en algunos estados por la aprobación de leyes que prohíben el maltrato animal.
Al son de mariachis y contagiosas melodías de banda, y entre pancartas con mensajes como “prohibido prohibir en defensa de nuestras tradiciones” y “México se forjó con cultura, no con censura”, miles de personas marcharon desde el parque de La Alameda hasta la plaza principal de la capital, el Zócalo.
Sosteniendo con su mano izquierda un pequeño gallo negro se encontraba en la multitud Eric López Torres, un criador de gallos de 29 años, quien aseguró que “desde antes de nacer” ya estaba vinculado a esa tradición debido a que toda su familia ha criado esas aves por más de cien años en el estado central de San Luis Potosí.
“Venimos a impedir que terminen con las tradiciones que tenemos en nuestro país”, afirmó López Torres mientras abrazaba contra su pecho al gallo al que llamó “Charolito”. “Es cultura lo que nosotros tenemos. No queremos que se acabe”.
En los últimos años, en algunos estados de México y especialmente en la capital se han impulsado legislaciones contra el maltrato animal. En marzo, el Congreso de la Ciudad de México modificó dos leyes para prohibir la muerte de los toros en las corridas y el uso de objetos punzantes que puedan lastimar a los animales en espectáculos públicos.
Aunque los cambios legales solo aplican a la capital mexicana, entre los empresarios y aficionados a las corridas de toros existe temor de que la iniciativa pueda ser replicada en otros estados, y se extienda a otras costumbres como las peleas de gallos, que hasta ahora solo están prohibidas en los estados de Veracruz y Quintana Roo.
En gran parte del país se permiten los espectáculos taurinos con excepción de estados como Sinaloa, Guerrero, Coahuila y Quintana Roo, donde están limitados por medidas judiciales.
Ante la entrada en vigor de las reformas, la plaza capitalina México — una de las más grandes del mundo — anunció esta semana la suspensión de las corridas de toros, lo que dejó a los seguidores de la tauromaquia mexicana sin su principal escenario.
Las reformas, que los defensores de los animales consideraron como una “victoria”, fueron respaldadas por la alcaldesa oficialista de la Ciudad de México, Clara Brugada, quien afirmó que la capital “no puede mantener la crueldad como espectáculo y mucho menos la prolongación del dolor y muerte de un animal para el entretenimiento”.
Pero Luis Ángel Guerrero, un aprendiz de torero de 14 años, negó que las corridas de toros representen una muestra de violencia contra los animales y las defendió asegurando que “es algo único y hermoso que es parte de nuestra esencia”.
Mientras marchaba con su capote en la espalda, Guerrero reconoció que le causaba “mucha tristeza” el cierre de Plaza México y dijo que teme que estas prohibiciones “lleven a la extinción de los toros de lidia”. “Mucha gente antitaurina y animalistas se dejan influenciar por internet y no se toman el tiempo de investigar con los ganaderos cómo se cuidan los animales”, señaló.
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