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El Gobierno anunció el viernes un alza en los precios del gas licuado de petróleo, gasoil premium y regular, astur, queroseno y fuel oil, aunque subsidiará esta semana con RD$145.8 millones a las gasolinas y el GLP, en una aparente reedición de la advertencia ¡Ahí viene el lobo!
El precio del barril de crudo West Texas fluctuó durante la semana entre US$66.10 y US$65.33, sin que los mercados muestren una tendencia sostenida a la baja o estabilidad, lo que estaría ligado a la incertidumbre provocada por el precario cese de hostilidades en Oriente Medio, entre otros factores.
Líderes políticos y empresariales habían alertado sobre el riesgo de que la economía dominicana se viera gravemente perjudicada por impactos de aumentos en los precios del petróleo causados por conflictos geopolíticos que se agravan y por un sistema de fijación de precios y distribución interna injusto, obsoleto o improductivo.
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Para dimensionar la magnitud del problema que implicaría una eventual subida en los costos del crudo y sus derivados, basta decir que el Ministerio de Industria y Comercio indicó que desde 2021 el Gobierno ha destinado más de 85 mil millones de pesos en subsidios extraordinarios a los combustibles, y que este año la inversión alcanza cerca de RD$7,000 millones.
La factura petrolera nacional es mucho más cara que lo que indican los precios internacionales del crudo, porque de los más de 140 mil barriles diarios que se consumen, la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa) solo procesa cerca de un 30 %, por lo que el resto de los derivados debe ser importado con los valores añadidos.
Respecto al incremento de precios o la reducción de subsidios de derivados del crudo, el Gobierno reconoce que “esta medida es difícil, pero necesaria”, al tiempo que señala que “estamos ajustando los niveles de subsidio para poder seguir sosteniéndolos un poco más de tiempo y proteger en la medida de lo posible a los hogares dominicanos”. Es evidente que esta vez, el lobo al menos se acerca.
Los aumentos registrados para esta semana en diferentes tipos de combustibles impactan negativamente en el transporte de pasajeros y mercancías, turismo, generación eléctrica y aun así, el Gobierno deberá disponer de 145 millones de pesos en una semana para evitar que el lobo ataque al rebaño.
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