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Rubby Pérez evolucionó, desde entonar melodías en una esquina buscando un sustento, hasta convertirse en un ícono del merengue

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Yo me llevaba ese pica pollo y como cinco botellas de presidente y con eso le compraba la leche a mi primer hijo", recordaba entre risas el artista, conocido hoy como La voz más alta del merengue.

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Antes de llenar escenarios y emocionar con su potente voz, Rubby Pérez cantaba en la esquina caliente de Herrera por un pica pollo y unas botellas de cerveza, con las cuales después compraba leche para su primogénito.

“Yo me llevaba ese pica pollo y como cinco botellas de presidente y con eso le compraba la leche a mi primer hijo”, recordaba entre risas el artista, conocido hoy como La voz más alta del merengue.

En 2023, durante una entrevista en El Show de Silvio Mora, Rubby relató cómo su historia comenzó en esa esquina popular del sector capitalino, cerca de la iglesia que pastoreaba su padre. Allí se hizo amigo de un joven pianista llamado José y organizaban concursos musicales:

“Yo me ganaba un pica pollo y después me descalificaron. Me decían: usted es jurado, usted no puede cantar, porque yo duré como tres meses que era el único que ganaba”.

Su primer paso profesional lo dio en la agrupación Los Juveniles del Sabor de Baní, donde Aramis Camilo lo escuchó cantar en un ensayo y lo invitó a unirse: “¿No te gustaría ir para Baní en un grupo que yo canto allá?”.

Con ellos grabó canciones como ‘Se me ha perdido una muñeca’ y ‘Adelita’. Más adelante, un trompetista de Fernando Villalona lo recomendó como reemplazo de Raulin Rosendo. Aunque al principio no le prestó atención a la búsqueda de Fernando, todo cambió una noche.

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“Fernando estaba haciendo un programa y dijo: si hay alguien que pueda hacer este coro de La Tuerca, que vaya esta noche a la esquina caliente que lo vamos a dejar en la orquesta”.

Rubby no pensaba asistir, pero un amigo decidió tomar prestado el carro de su madre y lo convenció de ir. “Nos fuimos y cuando yo me paro, 8:00-9:00 de la noche en la puerta, y Puellito (el trompetista) hace así y me ve, le dice: Fernando, llegó el tipo que yo te dije. Dice Fernando al tipo de la puerta: déjalo pasar que ese es de la orquesta”.

Rubby cantó ‘La boda de Marisela’ y otros merengues de Raulin. “Fernando me está viendo y me dice: ‘Te quedas en la orquesta hoy, vas a ganar 35 pesos por bailes'”, narró con emoción.

En ese momento, nunca imaginó tener su propia agrupación: “Yo no pensaba que mi nombre iba a ser así como lo que es hoy, que yo iba a ser cantante, yo no pensaba nada de eso jamás. Yo lo que quería era ganarme mis chelitos para mantener a los hijos míos que estaban en Haina”.

En 1981 pasó a ganar 100 dólares con Los Hijos del Rey, luego formó parte de la orquesta de Wilfrido Vargas y más adelante creó su propio grupo, consolidando una carrera que dejaría huellas imborrables.

Hoy, canciones como Color de rosa, El perro ajeno, No voy a llorar, Tú vas a volar y Sobreviviré se mantienen como himnos de un artista que sigue vivo en la memoria del pueblo dominicano.

Rubby Pérez falleció el pasado 8 de abril durante el colapso del techo de la discoteca Jet Set, en una de las peores tragedias registradas en centros de diversión del país, donde más de 200 personas perdieron la vida y cientos resultaron heridas.

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