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De generación en generación, ciertos objetos forman parte de la identidad de los hogares dominicanos. Más allá de la modernidad, estos artículos aún tienen su espacio y valor en cada hogar del país.
Desde la cocina hasta el dormitorio, algunos objetos son tradición.
Por eso hoy te presentamos algunas cosas que no pueden faltar en las casas dominicanas:
Vaso cromado 555
Este vaso metálico ha perdurado por generaciones. Se usa para el café, el jugo e incluso para medir arroz.
Mentol y berrón
Estos ungüentos sirven para todo: desde el dolor de cabeza hasta el mal olor en los zapatos. Siempre hay un envase rondando en algún cajón.
Del dolor de cabeza a los pies, estos ungüentos “según los dominicanos” sirven incluso como remedio.
Planta de sábila
Desde tratamientos para el cabello hasta curas caseras para la piel, es parte del botiquín natural dominicano para múltiples usos.
Pilón
El pilón de madera con su mano es un símbolo de la cocina tradicional. Aunque ya existan licuadoras, el sabor de los condimentos majados allí es simplemente único.
Escoba de guano
Hecha con palmas secas, esta escoba es la favorita para barrer patios y frentes.
Cuchillo de sierra
Hay cuchillos grandes y pequeños… pero el de sierra, ese que corta de todo, es indispensable en la cocina.
El caldero prieto
Aquí es donde se cocina el arroz con habichuelas, el sancocho o el mangú y regularmente es negro de tanto uso.
La greca
No importa si es una casa grande o pequeña, en toda cocina dominicana hay una greca que huele a café recién colado.
Cuadros decorativos o religiosos
En la mayoría de las casas no falta una imagen religiosa o los famosos cuadros como el de la niña de la espina en el pie, los perros jugando póker y Franboyan, casi siempre colocados en la sala o sobre el comedor.
Copas plásticas de colores
Las copas plásticas de colores le dan vida a cualquier almuerzo familiar.
Sillas plásticas o de guano
En el patio, la galería o el frente de la casa, las sillas (o de colores) están listas para recibir al visitante, compartir una conversación o simplemente disfrutar de la brisa de la tarde.
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