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Sevilla, España. Las plantas con frutos carnosos se relacionan con muchos animales que se alimentan de sus frutos y dispersan sus semillas, un proceso esencial para la regeneración forestal. Esto sugiere que existen patrones consistentes en cómo se organizan las interacciones ecológicas en la naturaleza, según un estudio de la Estación Biológica de Doñana, en Andalucía, al sur de España.
El estudio, realizado en colaboración con la Universidad de Sevilla, justifica que a los animales frugívoros se les considere los “jardineros del bosque” y afirma que “en la naturaleza, muchas especies de plantas y animales, o mejor dicho los individuos que forman sus poblaciones, interactúan entre sí y se conectan a través de relaciones mutualistas, generando así redes de gran complejidad”.
Recientemente publicado en la revista ‘PNAS’, el estudio ha mostrado cómo plantas específicas de diversas poblaciones establecen sus interacciones con los animales frugívoros que consumen sus frutos. Para llegar a esa conclusión, se crearon redes ecológicas basadas en plantas individuales y la comunidad de animales frugívoros de 44 poblaciones ubicadas en Sudamérica, Asia y Europa, que engloban 29 especies de plantas diferentes.
“Nuestros resultados revelan que, de forma similar a los estudios de dieta centrados en animales, en promedio una planta individual recibe el 70% de la diversidad de frugívoros existentes en la comunidad, lo que indica un grado de generalización considerable”, explicó Elena Quintero, investigadora y primera autora del estudio.
Sin embargo, el equipo científico comprobó la existencia de una alta variación en el patrón de interacciones entre los diferentes individuos de una población, de manera que, dentro de la misma población, podían encontrarse individuos que actuaban como generalistas, interactuando con muchas especies, y otros que se comportaban como especialistas, limitándose a interactuar con una o pocas especies.
Adicionalmente, con el fin de identificar patrones generales en las distintas poblaciones, el equipo calculó varios índices de redes para explorar cómo las plantas individuales establecen sus interacciones con la comunidad de frugívoros.
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