Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
La diabetes tipo 2 continúa siendo un problema de salud pública significativo a nivel mundial. Si bien el tratamiento médico y los cambios en el estilo de vida son cruciales, recientes investigaciones sugieren que prácticas naturales como el grounding — o conexión con la tierra — podrían aportar beneficios extra.
El grounding se basa en caminar descalzo sobre superficies naturales como hierba, arena o tierra, permitiendo que el cuerpo absorba electrones libres del suelo.
Esta simple acción, según estudios publicados en el Journal of Environmental and Public Health (2012), podría reducir el estrés oxidativo e inflamatorio, dos factores que contribuyen a la resistencia a la insulina. Un estudio piloto en pacientes con diabetes tipo 2, llevado a cabo por Chevalier et al. en California, halló mejoras en los niveles de glucosa en ayunas tras semanas de contacto regular con el grounding. A pesar de que se necesitan investigaciones más amplias, los resultados preliminares son alentadores. Adicionalmente, los testimonios personales son abundantes.
María Teresa Acosta, dominicana residente en Nueva York, aseguró que al integrar paseos descalza por la playa en su rutina semanal, no solo mejoró su estado de ánimo, sino que logró estabilizar sus niveles de azúcar con menor necesidad de ajustes en la medicación.
La conexión con la tierra también influye positivamente en el sistema nervioso autónomo, disminuyendo el estrés crónico, un gran enemigo del control metabólico.
En un mundo agitado, regresar a lo esencial puede ser una herramienta poderosa. Caminar descalzo unos minutos al día, sobre todo por la mañana, podría ser más beneficioso de lo que pensamos. ¿Y tú, te atreves a probarlo? Te leo. Escríbeme.
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