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La menopausia, más que una enfermedad, es una fase natural en la vida femenina, generalmente entre los 45 y 55 años. Pese a ello, las modificaciones hormonales que la acompañan pueden provocar síntomas físicos y emocionales, como irritabilidad, ansiedad, insomnio y aumento de grasa. En vista de esto, los expertos en nutrición sugieren adoptar un estilo de vida saludable que combine una alimentación equilibrada, ejercicio regular y un cuidado personal consciente.
Monserrat Rodríguez León, directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), enfatiza la relevancia de consumir alimentos ricos en calcio — como lácteos bajos en grasa, semillas, frutos secos, cereales integrales y verduras de hoja verde — para preservar la salud ósea.
Además, aconseja complementar con vitamina D a través de alimentos como huevo, hígado y salmón, así como una exposición prudente al sol.
También se recomienda disminuir el consumo de ultraprocesados, sodio, cafeína, alcohol y tabaco, dado que estos podrían acelerar la pérdida de masa ósea y agravar los síntomas hormonales. En contraparte, los fitoestrógenos presentes en la soya, lentejas, habas y cereales integrales podrían contribuir a atenuar los bochornos, la fatiga y los cambios de humor.
La actividad física es otro aspecto clave: se sugiere realizar entre 150 y 300 minutos semanales de ejercicio, combinando caminatas, ejercicios de fuerza, estiramientos y técnicas de relajación para mejorar el sueño y disminuir el estrés.
“Cada mujer experimenta esta etapa de manera diferente. Por eso, es crucial consultar a un nutriólogo para personalizar las recomendaciones según su estilo de vida”, concluye Rodríguez León.
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