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Un cocinero critica el bocadillo de calamares de Plaza Mayor y señala: “Un turista no se puede marchar con esa impresión”

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Poquísimas personas comunicaban en internet en inglés con criterio", comenta en declaraciones recogidas por El País.

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Nacida en O Porriño, Pontevedra. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Inició su andadura en As en 2017 en el departamento de redes sociales. Tanto te comenta sobre el cotilleo actual como sobre fútbol sala.

El vigués Guillermo Varela triunfa en Instagram con su perfil ‘Cooking from Spain’, donde comparte algunas de las recetas más tradicionales de nuestra gastronomía, como las croquetas, la tortilla o el pulpo á feira, pero en inglés. “Poquísimas personas comunicaban en internet en inglés con criterio”, comenta en declaraciones recogidas por El País. Su aventura en la plataforma empezó después de que su novia Nina, de origen austriaco, le animara a compartir su forma de cocinar “tan exquisita” con el resto de usuarios.

Empezó subiendo vídeos en inglés con apenas 600 seguidores y, a día de hoy, acumula más de 334.000 fans en su perfil. Millones de reproducciones en Instagram que sitúan a este gallego como uno de los creadores de contenido foodie con mayor influencia de nuestro país.

“Al principio pensé que crear contenido iba a ser facilísimo, pero no. Tuve que aprender de edición y para un vídeo de 40 segundos igual me tiro 4 o 5 horas entre rodaje y edición”, comenta en el citado medio.

Este cocinero graduado en Gastronomía y Artes Culinarias en el Basque Culinary Center de Donosti pone el foco en la calidad del producto, algo imprescindible para él. “Me gustaría poder contar más sobre que en Galicia no tomarás nunca el concepto típico de paella o en Sevilla el del pulpo á feira (…) Si la gastronomía española es puro producto, la gallega mucho más”. Para Guillermo, pocas cosas superan a un buen pescado con patatas cocidas o una empanada.

Asimismo, critica que la gastronomía de nuestro país no está tan reconocida fuera de nuestras fronteras. “En otros países usan la cocina como un escaparate al mundo. No puede ser que un turista se vaya con la idea de que un bocadillo de calamares es la estafa que te venden en la Plaza Mayor de Madrid”, concluye.

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