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Chicago, EE.UU. — Ovidio Guzmán López, conocido como “El Ratón”, vástago de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, se declaró culpable de cargos de narcotráfico y crimen organizado este viernes, durante una audiencia en la Corte Federal Dirksen, ubicada en el centro de Chicago. Como parte del acuerdo, aceptó pagar 80 millones de dólares al gobierno estadounidense.
El hijo del exlíder del Cártel de Sinaloa reconoció su responsabilidad como dirigente en el seno de la organización criminal, admitiendo su participación en el tráfico de drogas como fentanilo, cocaína y metanfetaminas con destino a Estados Unidos. Su declaración tuvo lugar a las 12:30 del mediodía, hora local.
Con esta declaración, las autoridades estadounidenses esperan que el caso contra los llamados “Chapitos” — la facción del cártel liderada por los hijos de El Chapo — pueda progresar con mayor celeridad. Expertos resaltan que este grupo fue conocido por romper con las normas del antiguo liderazgo, decantándose por métodos más violentos y agresivos para dominar el negocio del narcotráfico.
El caso de Ovidio Guzmán, quien fue extraditado desde México en 2023, representa un giro significativo, dado que inicialmente se declaró inocente. Su cambio de postura sugiere un posible acuerdo de colaboración o una estrategia para reducir su condena.
Joaquín “El Chapo” Guzmán está cumpliendo actualmente una cadena perpetua, tras ser hallado culpable en 2019 de liderar el Cártel de Sinaloa durante más de dos décadas.
Otro de sus hijos, Joaquín Guzmán López, también enfrenta cargos en Estados Unidos y está detenido desde julio de 2024, después de ser arrestado junto a Ismael “El Mayo” Zambada en Texas. Ambos llegaron a ese país a bordo de un avión privado y se han declarado inocentes. La audiencia de Joaquín fue aplazada para el 15 de septiembre, como parte de las negociaciones con la fiscalía.
La detención de los hermanos Guzmán ha desencadenado una ola de violencia en Sinaloa, donde facciones rivales del cártel se enfrentan por el control de las rutas y operaciones criminales.
El caso de “El Ratón” podría convertirse en una pieza fundamental para desmantelar lo que queda del otrora poderoso imperio del narcotráfico mexicano.
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