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Las autoridades reanudaron la finalización de las áreas dañadas del centro después de una publicación de EL DIA que informó sobre su lamentable estado.
La obra en cuestión fue detenida sin dar explicaciones; como también la acera perimetral, responsabilidad del Ministerio de Obras Públicas, que igualmente la había paralizado supuestamente por falta de cemento, según denunciaron personas cercanas, hace un mes se reiniciaron las mismas, y tampoco han regresado.
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“Asumimos el anexo desde el 30 de julio, trabajamos en tres módulos de un aula, otro de dos y otro de tres, tenemos planeado por instrucciones de nuestros ingenieros entregar el plantel completo para que comiencen el año escolar”, comentó Denny Luciano Mejía, maestro constructor, quien dijo trabajar para la ingeniera Vianca Dubal, a cargo de las obras.
Cuestionado sobre el mantenimiento de la escuela, que cuenta con una matrícula de 397 alumnos, data de 1967 y que presenta una serie de limitaciones que afectan directamente a niños de 3 y 12 años, Luciano dijo no tener relación con la remodelación pendiente del referido plantel, donde además la verja perimetral también muestra grietas y árboles dañados que podrían caer.
Específicamente el 15 de mayo, en la publicación de este diario, se puso de relieve no solo el abandono de la acera, lo que despertó preocupación de vecinos que dieron la voz de alarma al ver a los estudiantes con dificultades para caminar por el área peatonal.
La visita al lugar evidenció múltiples carencias internas en este centro educativo ubicado en la avenida Lope de Vega, esquina Euclides Morillo, en el sector La Fe, donde los alumnos de entre 3 y 12 años, no solo se exponen a riesgos al entrar y salir del plantel por el terreno desnivelado y fangoso, sino que reciben clases en condiciones deficientes.
Deficiencia interna en su interior
Los infantes allí reciben clases en condiciones de hacinamiento, aulas plagadas de filtraciones en techos y paredes, falta de higiene por escasez de personal de limpieza y un patio desprovisto de juegos y áreas de esparcimiento que deberían ser parte de la rutina escolar.
A esas deficiencias se suma la poca iluminación, ventilación y espacio en las aulas, lo que dificulta el trabajo pedagógico.
El centro alberga a chicos del nivel inicial y primario en jornada extendida, distribuidos en 16 aulas. La ampliación de seis aulas iniciada el año pasado permanecía parada, a pesar de las carencias.
Este lunes y durante este martes, intentamos contactar al ingeniero Roberto Herrera, encargado de Infraestructura Escolar del Ministerio de Educación para confirmar si se harían los arreglos necesarios al centro, pero no fue posible.
PIE DE FOTO
Cuando llueve, el patio se convierte en un lodazal, al igual que la acera, lo que dificulta la movilidad de los niños.
Los obreros trabajan con ahínco, porque supuestamente el anexo será entregado.
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