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El Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales de la NBA, Shai Gilgeous-Alexander, y la gimnasta olímpica Simone Biles triunfaron como mejores atletas masculino y femenino en los ESPYS el miércoles por la noche.
Gilgeous-Alexander guio al Oklahoma City Thunder al campeonato de la NBA el mes pasado, acumulando títulos como MVP de la liga y campeón anotador.
“Es un sueño hecho realidad, y para que los sueños se materialicen, se necesita un equipo”, comentó, agradeciendo a su esposa, padres, hermano y demás. “Esos nombres quizás no digan mucho, pero para mí lo son todo”.
Biles, 11 veces medallista olímpica, obtuvo el primer premio de la noche: la mejor actuación en el campeonato por su desempeño en los Juegos de París. Ganó tres oros y una plata, ayudando a Estados Unidos a ganar su primer título por equipos desde 2016.
“Eso fue muy inesperado, especialmente en una categoría con solo hombres”, dijo Biles después de besar a su esposo, el safety de los Chicago Bears, Jonathan Owens.
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Ella superó a Stephen Curry, Freddie Freeman y Rory McIlroy.
Suni Lee, compañera de equipo olímpica de Biles, ganó el premio al mejor regreso por superar dos raras enfermedades renales. Estuvo acompañada de uno de sus médicos en el evento.
El miembro del Salón de la Fama del Baloncesto Oscar Robertson aceptó el Premio Arthur Ashe al Coraje de manos del base Russell Westbrook.
Robertson era presidente de la Asociación de Jugadores de la NBA en el momento de una histórica demanda antimonopolio contra la NBA en 1970. Esta demanda llevó a una amplia reforma de las estrictas reglas de agencia libre y draft de la liga y, en última instancia, a salarios más altos para todos los jugadores.
Robertson, de 86 años, 12 veces All Star, conocido como The Big O durante su carrera, fue el primer presidente negro de cualquier sindicato deportivo.
“Sabía que había trabajo por hacer. Había una necesidad urgente de que los jugadores tuvieran más seguridad profesional, mejores condiciones laborales y otras mejoras”, afirmó. “En la vida, es crucial ser persistente o, como me han llamado, terco. Terco en lo que crees”.
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