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Siria cede a los drusos el control de la seguridad de Sweida, según lo anunciado por el presidente interino Ahmed al-Sharaa, buscando evitar una guerra abierta con Israel, tras el ataque israelí a Damasco en defensa de esta minoría del sur. Los choques entre tribus beduinas suníes y combatientes drusos, iniciados el domingo en Sweida, han dejado un saldo de más de 370 fallecidos.
Más que un revés político, el presidente sirio, Ahmed al-Sharaa, ha reconocido de nuevo la pérdida de control sobre esta región del sur del país.
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“Teníamos dos opciones: una guerra abierta con Israel que pondría en peligro a la comunidad drusa y la estabilidad de Siria, o permitir que los líderes y ancianos drusos volvieran a la sensatez y priorizaran el interés nacional sobre aquellos que buscan dañar la reputación del honorable pueblo de la montaña. No tememos la guerra, hemos enfrentado desafíos y defendido a nuestro pueblo toda la vida. Pero elegimos el camino del interés sirio ante el caos y la destrucción. Dejamos a las facciones locales y a los líderes espirituales drusos la responsabilidad de mantener la seguridad en Sweida”, dijo el presidente sirio, Ahmed al-Sharaa.
Desde que al-Sharaa asumió el poder en diciembre pasado, su proyecto ha sido la unificación total del país, tanto política como militarmente. Es importante destacar que, incluso durante los 13 años de guerra civil y las cuatro décadas del régimen de Bachar al-Asad, la región de Sweida, de mayoría drusa, mantuvo cierta autonomía administrativa, política y militar, con sus propias unidades de seguridad. Tanto es así, que al-Asad nunca se atrevió a lanzar una operación de envergadura contra Sweida.
Ahora, los enfrentamientos del domingo tienen un componente comunitario y étnico. Comenzaron con ataques entre jóvenes drusos y beduinos locales, y posteriormente ambos bandos recibieron apoyo militar, tanto de Israel -que también tiene drusos en su territorio, en los Altos del Golán ocupados- como de las fuerzas de seguridad del gobierno sirio. La situación es confusa, pero según testigos, los militares han atacado a combatientes y civiles drusos.
Los residentes carecen de agua y electricidad desde hace cuatro días, por lo que la información llega parcialmente. La principal fuente de RFI en Sweida, una ciudad con mucha población de origen venezolano, relata que durante días se refugiaron en sus casas sin muchos alimentos, ya que algunos vecinos que intentaron salir fueron blanco de disparos de francotiradores.
“Están limpiando las calles, los edificios. Los comercios aún están cerrados. Ahora sabremos lo que pasó. Hay mucha gente cuyo paradero desconocemos”, explica Carmelinda Rouslán, habitante de Sweida.
Actualmente, la situación parece menos tensa, pero los hospitales carecen de agua y hay muchos civiles muertos.
El observatorio sirio de derechos humanos reporta más de 370 muertos, de los cuales una treintena serían civiles ejecutados.
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