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La muerte de Abel a manos de su hermano Caín, descrita en el Génesis bíblico, es un suceso familiar que simboliza el inicio violento de la humanidad. Antes de Cristo, Aristóteles consideraba a las mujeres seres inferiores.
La violencia intrafamiliar, centrada en la mujer, que es madre, pareja y responsable del hogar, causa una dolorosa estela de huérfanos, sufrimiento en múltiples familias, daños económicos y sociales irrecuperables, y una pesada carga asistencial para el Estado.
El maltrato a la mujer se remonta a la llegada de los españoles.
Frank Moya Pons relata que las parejas de los caciques eran forzadas a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad con conocidos de sus parejas, llegando incluso a ser enterradas vivas tras la muerte de sus maridos.
Entre el 30 y el 60% de los hombres que cometen feminicidio sufrieron algún tipo de abuso durante su infancia.
Los hombres que asesinan a una mujer, en un 20 a 30% de los casos, se quitan la vida inmediatamente después.
Las organizaciones de la sociedad civil, el Ministerio de la Mujer, el sistema judicial en su totalidad, los partidos políticos, las iglesias y todos debemos unirnos este 2015 para coordinar esfuerzos y erradicar esta problemática.
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