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Bruselas (Euractiv.com/.es) – La primera ministra islandesa, Kristrún Frostadóttir, comunicó esta semana el cese de las conversaciones para que su país se sume pronto a la red de satélites seguros IRIS², un proyecto de la Unión Europea (UE) crucial para la soberanía tecnológica del bloque frente a alternativas como Starlink, de Elon Musk, u otras similares.
En un marco de crecientes amenazas a los cables submarinos de Internet,
Islandia solo dispone de cuatro cables submarinos para conectarse a Internet, una infraestructura muy vulnerable para un país sin ejército, sobre todo a medida que se intensifican las tensiones geopolíticas globales y se incrementan los incidentes de sabotaje de cables en toda Europa.
Por consiguiente, para reforzar su seguridad, Islandia ha optado por el sistema de comunicación segura de la UE para gobiernos e infraestructuras esenciales, IRIS², frente a alternativas comerciales como Starlink, de Elon Musk, con sede en Estados Unidos.
“Islandia depende mucho de los cables”, explicó Frostadóttir el viernes en una rueda de prensa conjunta en Reikiavik con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Noruega, que inició en marzo negociaciones para adherirse a IRIS², todavía no las ha finalizado.
Una vez aprobadas sus solicitudes, Islandia y Noruega tendrán derechos de negociación, pero no de voto, en las decisiones clave para la implementación del sistema IRIS², entre ellas la ubicación de las infraestructuras (incluyendo estaciones de rastreo y telemetría) y las normas de acceso a los servicios.
“Para un territorio vasto y aislado como Islandia, mantener el control de sus comunicaciones por satélite es fundamental”, explicó a Euractiv el eurodiputado francés Christophe Grudler, experto en temas espaciales.
“La participación de Groenlandia en IRIS² estaría totalmente justificada”, aseguró, al tiempo que recordó los riesgos de soberanía tecnológica que también se plantean en el mismo sentido para la isla autónoma danesa, que está conectada por solo dos cables submarinos y se enfrenta a reiteradas amenazas de anexión por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
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(Editado por Euractiv.com y Fernando Heller/Euractiv.es)
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