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Este niño de 10 años, en estado vegetativo tras una caída, requiere una gastrostomía endoscópica percutánea para alimentarse. Sus padres no tienen los 105,000 pesos necesarios, y el seguro no lo cubre.
“Mi hijo necesita otra cirugía, la cuarta. Le pondrán un botón para alimentarlo por el estómago, pero el seguro no lo cubre y no tenemos los 105 mil pesos para el procedimiento”, relata entre lágrimas Rosario María Cuevas, madre de Rayly, de 10 años.
Se refiere a que su hijo necesita una gastrostomía endoscópica percutánea (GEP), que implica colocar una sonda o tubo en el estómago mediante endoscopia. El objetivo no solo es prolongar la vida del niño, sino también mejorar su calidad de vida.
La madre, que suplica ayuda, dice que todo está listo para la cirugía en la Plaza de la Salud, pero sin recursos no pueden fijar una fecha. “Estoy preocupada porque los análisis vencen el 30, y no hemos conseguido el dinero para el aparato y el procedimiento”. No pierde la esperanza de que los dominicanos activen “el botón de la solidaridad” y ayuden a su hijo a tener, al menos, calidad de vida.
Cuevas informa que el niño tiene el seguro Senasa Contributivo, pero este no cubre el procedimiento. “No tenemos un centavo porque mi esposo trabaja cuando aparece algo, y casi todo se va en la enfermedad de Rayly”.
Esta situación la viven desde los cinco años del niño, cuando una caída jugando lo dejó así.
La madre solicita a la primera dama, Raquel Arbaje, que considere su caso y le brinde una pensión, ya que no pueden más. Mientras tanto, esperan que la población les ayude a obtener la sonda que le dará vida a su hijo.
Reseña del LISTÍN DIARIO
En 2022, este diario publicó la historia de Rayly. Se reveló que, antes del accidente, jugaba, brincaba y montaba bicicleta como cualquier niño.
Su familia nunca imaginó que una caída lo mantendría en cama, inmóvil y sujeto a la voluntad de Dios. Cayó desde un segundo piso, lo que convirtió su desarrollo sano en una experiencia dolorosa para él y sus padres.
Su historia conmueve, despierta emociones sensibles y deja una gran enseñanza: hay que prestar atención a los niños en todo momento.
“Si nos pasó a nosotros, que siempre estamos pendientes de nuestros hijos, imagínese a quienes se descuidan constantemente. Fue en un abrir y cerrar de ojos. Todavía no entendemos cómo sucedió”, dijo su padre Julio César Camilo al contar la historia de su hijo.
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