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SPRINGFIELD, Illinois — El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) reubicará a miles de empleados fuera de la capital en una reorganización que, según la agencia, los acercará a los clientes y generará ahorros, según informó el jueves la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins.
Unos 2,600 trabajadores — más de la mitad de la plantilla laboral en Washington, D.C. — serán trasladados a cinco centros que se extienden desde Carolina del Norte hasta Utah, comentó Rollins. El sindicato que representa a los empleados federales criticó el plan de inmediato, tildándolo de maniobra para reducir empleos federales, señalando que cerca del 95% de los empleados del USDA ya trabajan fuera de Washington.
La medida es parte del esfuerzo del presidente Donald Trump para hacer que el gobierno federal sea más reducido y eficiente, lo cual recibió un impulso de la Corte Suprema este mes.
“La agricultura estadounidense alimenta, viste y proporciona combustible a esta nación y al mundo, y ya es hora de que el Departamento sirva mejor a los grandiosos y patrióticos agricultores, ganaderos y productores a quienes estamos obligados a apoyar”, afirmó Rollins en un comunicado.
El objetivo es redimensionar el USDA para que los costos no superen las finanzas disponibles, además de eliminar niveles de gestión y consolidar funciones redundantes, según explicó el comunicado. El USDA prevé que el plan se concrete en varios meses.
Los cinco centros se encuentran en Raleigh, Carolina del Norte; Kansas City, Misuri; Fort Collins, Colorado; Indianápolis y Salt Lake City.
Si bien es importante estar más cerca de los agricultores y ganaderos, Chad Hart, profesor de Economía Agrícola en la Universidad Estatal de Iowa, manifestó que al sacar a esos empleados de Washington se corre el riesgo de perder una conexión importante con el Congreso.
“Se necesita tener ese equilibrio” para asegurar una política agrícola efectiva, sostuvo Hart.
Gran parte del ahorro gubernamental podría derivarse de empleados que decidan no reubicarse, agregó Hart. Indicó que la comunidad agrícola está preocupada por una “transición accidentada” similar a la medida durante el primer mandato de Trump, cuando las oficinas de Agricultura reubicadas tardaron meses en volver a operar.
Everett Kelley, presidente nacional de la Federación Estadounidense de Empleados del Gobierno, el sindicato que representa a los trabajadores federales, emitió una crítica más severa. Dijo que cerca del 85% de todos los empleados federales ya trabajan fuera de la capital, pero insistió en que Washington “es el centro del gobierno de nuestra nación por una razón”.
Los trabajadores en la sede ayudan a coordinar entre los altos mandos y las oficinas de campo, detalló Kelley, y garantizan que la agencia tenga un “asiento en la mesa” cuando los legisladores y la Casa Blanca toman decisiones que afectan a los agricultores a nivel nacional.
“Me preocupa que esta reorganización sea solo el intento más reciente de eliminar trabajadores del USDA y minimizar su crucial labor”, dijo el líder sindical.
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