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La provincia “Orlando Martínez”

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Es el de más experiencia, y el más duro del equipo.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Un busto en memoria del periodista Orlando Martínez fue erigido en la entrada del municipio sureño que lo vio nacer.

Un día de marzo de 1975, Joaquín Balaguer mandó a llamar a dos generales para pedirles que aconsejaran a Orlando Martínez, el combativo columnista de El Nacional y director de la revista Ahora.

Los convocados fueron el jefe de Estado Mayor y el secretario general de las Fuerzas Armadas, Enrique Pérez y Pérez, y Ramón Emilio Jiménez (Milo), a quienes preguntó por qué motivo Orlando Martínez escribía en contra de su gobierno.

* Los he llamado para que me digan qué le pasa a ese periodista que habla mal de mí por el periódico, ¿qué le han hecho ustedes?, ¿qué quiere él? Averigüen, a ver si me ayudan a recuperar la tranquilidad.

Deje eso a nuestro cargo, doctor.

* Hablen con él, porque ese joven me está dando problemas, y a ustedes también, ¿no se han dado cuenta? Presentes, el general Rafael Mejía Lluberes, asistente personal, y una hermana del jefe de Estado.Los dos generales, dispuestos a silenciar a cualquier precio la pluma de Orlando Martínez, desde allí mismo llamaron a otro general, a Salvador Lluberes Montás (Chinino), jefe de la Fuerza Aérea, a quien Milo Jiménez le preguntó:

* ¿Tú tienes algún personal de confianza que pueda ayudarnos a resolver un problema?

* Sí, general, ¿cuál problema?

Puedes leer: A Orlando Martínez nada humano le fue ajeno.

Es que el presidente está muy molesto con el periodista Orlando Martínez y nos ha pedido que busquemos a alguien que pueda aconsejarlo.

A lo que Chinino, entendiendo que esto era una orden desde arriba, respondió:

* Sí, general, tengo un equipo de acción rápida; cuento con Fredy Lluberes, usted sabe, ese al que le dicen “Lluberito”; también tengo al cabo Mariano Durán, tipo de buena puntería; y al capitán Joaquín Pou Castro… sí… ese… es el de más experiencia, y el más duro del equipo.

* Pero adviérteles que lo único que el doctor quiere es que le den un consejo… ¡oye bien Chinino! Días después, Orlando cayó asesinado en Santo Domingo. Y así se escribió la historia de un crimen de estado.

* Aunque nunca compareció ante un tribunal, la sociedad apuntó hacia el presidente Balaguer, pero ayer apenas escuché un testimonio de descargo dado por su asistente.

* Balaguer, quien en ese momento era presidente por cuarta vez, no disparó contra Orlando, ni contra ninguna otra persona. ¿Para qué? Él contaba con buenos profesionales que se encargaban no sólo de ponerle la mejor corbata, sino de lavarle bien las manos y asumir ellos cualquier responsabilidad ante el juicio de la historia. Esto es lo contado por un testigo de excepción.

* Lo que el doctor, quizás, estaba pensando en el momento de hacer la solicitud, teniendo como testigos a su hermana y a Rafael Mejía Lluberes quien, antes de morir en un accidente de tránsito, dio este impactante testimonio a través de una entrevista concedida al periodista Fausto Rosario, publicada en el canal Acento TV, no era en la muerte de Orlando, sino en que le dieran “civilizadamente” unos palos que lo obligaran a irse del país, a recluirse por invalidez o a dejar de escribir sobre las maldades de su gobierno. Pero los mensajeros actuaron según su condición, y lo mataron.

* 50 años después, La Matas de Farfán, donde nació, se ha convertido, simbólicamente, en la Provincia Orlando Martínez. Allí el monumento más importante es una espectacular representación de su figura, dando la bienvenida a los visitantes.

* De Balaguer podrán decir que fue un ser mitológico, que gobernó rodeado de militares vinculados a miles de crímenes, que la Máximo Gómez 25 era su laberinto, que rezaba y hacía obras caritativas entre pobladores hambrientos; regalaba muñecas y bicicletas a niños que lo que necesitaban era educación, y le hacía concesiones a jerarcas de las sombras; pero nunca que apretara el gatillo para matar a nadie. Menos a un periodista.

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