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El cirujano Hammer sostiene que el respaldo familiar es crucial para la salud mental de las pacientes que optan por una intervención.
Santo Domingo.- El cirujano plástico Hammer Roa afirmó que las intervenciones estéticas son una herramienta valiosa para mejorar la salud mental y emocional de muchas mujeres, más allá de la modificación física que implican.
Según el especialista, estos procedimientos contribuyen significativamente al bienestar integral de las pacientes, y el apoyo familiar resulta fundamental en todo el proceso.
“Las cirugías estéticas no son una mera vanidad, sino una manifestación de amor propio. Son una necesidad emocional para reencontrarse con la mejor versión de sí mismas”, expresó Roa, al tiempo que cuestionó los estigmas sociales que todavía existen respecto a quienes se someten a una intervención de este tipo.
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El médico explicó que, en su experiencia clínica, muchas pacientes llegan con un alto grado de inconformidad corporal que afecta su autoestima y limita su seguridad personal. Sin embargo, después de los procedimientos, se produce una transformación que va más allá de lo físico.
“Después de ver los resultados, son otras personas desde la perspectiva emocional. Su cambio es real, en su autoestima, en su confianza”, aseguró.
Roa destacó que estudios recientes respaldan esta percepción: más del 80 % de las mujeres que se someten a cirugías estéticas reportan mejoras notables en su autoestima, en cómo se perciben a sí mismas y en su calidad de vida.
Asimismo, subrayó que República Dominicana se ha consolidado como un destino seguro y de calidad para el turismo de salud, gracias al alto nivel de los procedimientos que se realizan en el país.
“Las cifras lo dicen todo: cada año, más pacientes internacionales llegan a nuestra nación en busca de soluciones estéticas y médicas confiables, lo que nos posiciona como un referente en la región”, apuntó.
Finalmente, Roa hizo un llamado a valorar el poder transformador de estas decisiones personales, y a acompañar a las mujeres que las toman con empatía y apoyo.
“El mundo de hoy no es el de ayer. Las mujeres de ahora enfrentan desafíos distintos. Es injusto juzgar a quienes, por amor propio, deciden cambiar”, concluyó.
