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Los Ángeles, 28 de julio (La Opinión).- Las recientes redadas migratorias y los recortes a Medicaid no solo han generado temor entre los pacientes de hospitales, sino que las personas han dejado de asistir a sus citas médicas hasta en un 50 por ciento.
“La gente ya no viene”, dijo Angela Bi, doctora en medicina de emergencia en el LA General Medical Center. “También he tenido varios pacientes que me han dicho que quieren irse de urgencias porque tienen miedo a la migra. No quieren ser ingresados”, sostuvo.
Con tres años de experiencia en el Centro Médico General de Los Ángeles, la doctora Bi dijo que, cada persona debería evaluar sus necesidades de atención médica, antes de decidir no ir a una clínica o un hospital.
“Aunque yo le diga a una persona que necesita internarse, a nosotros nos ponen en situaciones muy difíciles porque estamos limitados en qué podemos hacer con la migra”, indicó y agregó: “Solamente les digo que deben cuidar su salud”.
La doctora Bi manifestó que, tras las redadas migratorias, de un promedio de 30 pacientes que veía durante su turno en el hospital, el cuidado de la salud se redujo a la mitad. La gente dejó de ir o canceló sus citas.
Aunque reconoció que el condado está trabajando con pocos recursos, en la negociación contractual del Comité de Internos y Residentes (CIR/SEIU) con Fesia Davenport, directora ejecutiva del condado de Los Ángeles, ellos no están dispuestos a ceder sobre la necesidad de que se eliminen o recorten 2.2 millones de dólares del sindicato, un recurso vital codificado en el contrato, que está en riesgo.
“Hemos adquirido tres máquinas de ultrasonido para urgencias con fondos propios y hospitalarios”, dijo. “Pero falta dinero para mejorar recursos y salarios, ya que trabajamos hasta 60, 80 o 100 horas semanales”, destacó.
Con esas tres máquinas han podido ver los órganos del cuerpo humano y analizar lo que sucede con el corazón, la vejiga o la vesícula.
“Es súper importante poder saber exactamente qué está pasando porque nuestros pacientes a veces llegan súper enfermos, y necesitamos saber con exactitud en el momento que lleguen qué podemos hacer por ellos para salvar vidas”, enfatizó la doctora Bi. “Cuando llegan tarde a revisión, a veces ya es demasiado tarde”, añadió.
La falta de instrumentación para realizar un trabajo profesional podría costar no solo esperas de ocho a 10 horas, sino que la gente moriría en la sala de urgencias.
“Teniendo las máquinas adecuadas podemos detectar más rápido el tratamiento que necesita una persona, antes que sea demasiado tarde”, declaró la doctora Bi, quien reveló que pacientes han muerto en urgencias sin haber sido atendidos por un doctor.
Durante una visita al Centro Médico General de Los Ángeles, acompañada por médicos residentes, la Senadora estatal demócrata, María Elena Durazo, resaltó la necesidad crucial de proteger el llamado Fondo para la Atención al Paciente (PCF, por sus siglas en inglés) en medio de las redadas de ICE y los recortes a Medicaid.
Durazo subrayó que recortes en fondos médicos a nivel federal y posiblemente en el condado podrían representar una “sentencia de muerte” para miles de personas.
“La obligación de la gerencia del hospital es proteger los servicios máximos para nuestra comunidad, para los más vulnerables. No queremos que haya tipos de recortes que van a afectar la salud y el acceso de nuestras familias al hospital”, dijo.
Durazo refirió que “la persona de la Casa Blanca [Donald Trump] está haciendo recortes que van a costar mucho más después, no sólo en vidas, en el sufrimiento, en enfermedades que van a empeorar, y también vamos a tener un impacto financiero”.
Según el Gobernador Gavin Newsom, casi tres millones de personas de California corren el riesgo de perder su cobertura de Medicaid en la próxima década, tras la aprobación de la “Gran y Hermosa Ley” de Trump.
En efecto, Medicaid enfrentará recortes de más de un billón de dólares durante la próxima década bajo la nueva Ley Fiscal del Presidente republicano, y los adultos deberán verificar dos veces al año que trabajan 80 horas al mes, asisten a la escuela o realizan servicio comunitario.
Dos probables víctimas serían María Alarcón, una mujer de 55 años, originaria de Puebla, México, usuaria de Medicare, quien sufre de Lupus desde hace 28 años. Su enfermedad es tratada en el Centro Médico General de Los Ángeles.
María Alarcón y Pablo “N” reciben atención médica en el Centro Médico General de Los Ángeles donde supuestamente hace falta instrumentación a los doctores.
“Mi enfermedad se complicó porque dejé de tomar la medicina”, reveló Alarcón. “No lo hice por gusto, porque tenía que trabajar todos los días. Si no lo hacía, pues no comía”, detalló. El lupus es una enfermedad en la que el sistema inmunológico que normalmente combate infecciones ataca por error al propio cuerpo.
Mientras, Pablo “N”, nacido en la Ciudad de México, quien está cubierto por Medicaid, dio a conocer que es diabético y depende de inyectarse insulina todos los días.
“Si nos quitan la cobertura, pues nos condenan a la muerte”, señaló el inmigrante mexicano.
El contrato de unos mil 400 médicos afiliados al Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU, por sus siglas en inglés) Local 1957 venció el 3 de marzo, y entre sus principales demandas con el condado de Los Ángeles se incluyen temas clave como mejores salarios, beneficios y la preservación de un Fondo de Atención al Paciente de 2.2 millones de dólares, utilizado para comprar equipos médicos vitales para hospitales.
Morgan Currier, directora regional del Comité de Internos y Residentes SEIU Local 1957, informó a La Opinión que han estado negociando desde diciembre de 2024, un nuevo contrato por tres años.
“Entendemos que estamos ante un clima financiero muy difícil para el condado; sabemos que hay recortes, hay problemas y recortes presupuestarios debido a los incendios de enero y que el condado debe mucho dinero en demandas”, indicó.
Sin embargo, expresó que van a defender a sus miembros, que son proveedores de atención médica de primera línea en los hospitales del condado, para asegurar que tengan lo necesario para cuidar de sí mismos, de sus familias y también de los pacientes del condado.
Después de ocho meses de negociaciones, el condado no ha confirmado si mantendrá este fondo solvente, que existe desde la década de 1970, y el sindicato desconoce si será suspendido o incluso retirado, a pesar de su importancia para los pacientes.
“Los médicos saben que no pueden realizar su trabajo sin equipo básico para salvar vidas. Constantemente tienen que proteger este fondo que les permite comprar equipo básico para salvar vidas”, comentó.
Para los médicos es fundamental ese equipo de trabajo para atender a sus pacientes.
“Ellos no creen que, por trabajar en un hospital del condado, deban recibir un nivel de atención diferente al de cualquier otro hospital, como UCLA o Cedars Sinaí. Entienden que deben hacer concesiones debido a los recortes que se están produciendo. Pero lo único que no negociarán, o lo único que no transferirán, es este fondo para la atención al paciente. Es demasiado importante, así que están dispuestos a sacrificar cosas como más dinero para su educación, más dinero para sus hijos, con el fin de preservar este fondo para la comunidad del Condado de Los Ángeles”, expresó Morgan Currier.
En respuesta a las presuntas amenazas de recortar el Fondo de Atención al Paciente del CIR debido a los recortes presupuestarios, una portavoz del Departamento de Servicios de Salud del Condado de Los Ángeles emitió la siguiente declaración:
“El Centro Médico General de Los Ángeles es uno de los Centros de Trauma de Nivel I con mayor actividad y un centro médico regional líder en el Condado de Los Ángeles, brinda atención esencial para salvar vidas y atención al paciente de alta calidad a nuestras comunidades en Los Ángeles; su enfoque en la atención le ha otorgado una calificación de ‘A’ en seguridad del paciente”. indicó.
“El Centro Médico General de Los Ángeles y todas las clínicas y centros médicos del Departamento de Servicios de Salud cuentan con el equipo y los suministros médicos esenciales para atender a los pacientes, incluyendo algunas de las emergencias médicas más complejas”, sostuvo la portavoz y agregó:
“Es importante aclarar que nuestros equipos y suministros médicos esenciales se adquieren con nuestro presupuesto de Servicios y Suministros de aproximadamente dos mil millones de dólares. Los 2.2 millones del Fondo de Atención al Paciente, dentro del contrato del CIR con el condado, se utilizan para comprar suministros y equipos complementarios, y la selección de estos se basa en las opiniones y prioridades de los residentes”.
Añadió que, “si bien agradecemos cualquier financiamiento adicional que pueda fortalecer aún más nuestros programas y servicios, lo cierto es que nuestros servicios médicos básicos no dependen de este fondo. De hecho, la verdadera amenaza para nuestros servicios al paciente se trata de los recortes federales a Medicaid provenientes de la Gran Ley aprobada recientemente. Estos recortes federales ya han desviado 280 millones de nuestro presupuesto 2025-2026 y se espera que reduzcan 750 millones anuales durante los próximos tres años”.
La portavoz manifestó: “Valoramos y apreciamos a nuestros trabajadores de la salud y respetamos su derecho a la negociación colectiva. Esperamos que la negociación de buena fe entre la oficina del director ejecutivo del Condado de Los Ángeles y el sindicato resulte en una rápida resolución que siga protegiendo la atención al paciente y valore a los trabajadores de la salud”.
De la misma forma, dio a conocer que, si bien entienden que el CIR se cen
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