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TEXAS — El gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó este lunes la detención de los demócratas de la Cámara de Representantes que salieron del estado, con el fin de impedir el avance de una propuesta para modificar el mapa electoral en beneficio del partido republicano.
“Los demócratas de la Cámara de Representantes de Texas eludieron sus responsabilidades con los texanos. Al abandonar el estado, los demócratas de la Cámara de Representantes de Texas están saboteando legislación esencial para ayudar a las víctimas de las inundaciones y promover la reducción del impuesto sobre bienes inmuebles. El incumplimiento del deber tiene consecuencias”, afirmó Abbott.
En el comunicado se señaló que se ordenó al Departamento de Seguridad Pública (DPS, por sus siglas en inglés) ubicar, arrestar y retornar al Capitolio a los legisladores demócratas ausentes, hasta que todos cumplan con su obligación.
No quedó claro de inmediato si estas órdenes podrían ser ejecutadas fuera de los límites de Texas.
Después de la salida de decenas de demócratas del estado, la Cámara de Representantes en Texas, dominada por los republicanos, no logró establecer el quórum de legisladores necesario para funcionar.
Los demócratas respondieron que Abbott está usando “cortinas de humo” para ejercer una autoridad legal que no posee.
La rebelión demócrata y las amenazas de Abbott intensificaron una disputa creciente sobre los mapas del Congreso, que comenzó en Texas, pero se extendió para incluir a gobernadores demócratas que han considerado la posibilidad de rediseñar rápidamente sus propios mapas estatales como represalia, incluso si sus opciones son limitadas.
La disputa también ofrece otro ejemplo de la visión agresiva de Trump sobre el poder presidencial y su control sobre el Partido Republicano a nivel nacional, al tiempo que pone a prueba el tradicional equilibrio de poderes entre el gobierno federal y los estados individuales.
En el núcleo de este creciente punto muerto está la esperanza de Trump de sumar cinco escaños de tendencia republicana en Texas antes de las elecciones intermedias de 2026. Esto aumentaría las posibilidades de su partido de conservar su ajustada mayoría en la Cámara de Representantes de EE. UU., algo que los republicanos no lograron en las elecciones intermedias de 2018 durante la primera presidencia de Trump.
Los republicanos actualmente ocupan 25 de los 38 escaños de Texas.
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