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Cada vez asiste menos gente a la misa por Jet Set. Arlenis Castillo.
A cuatro meses del derrumbe de la discoteca Jet Set que sacudió a todo el país al dejar sin vida a 236 personas y más de cien heridas, la zona cero lucía ayer desolada, sin la presencia de ninguna de las familias afectadas.
Como cada día ocho desde aquel trágico suceso, el padre Rogelio Cruz se reunió una vez más frente a las ruinas de lo que en su momento fue uno de los centros nocturnos más populares de la capital.
Allí, acompañado de 10 personas, ofició la cuarta misa mensual en honor a los fallecidos y en clamor de justicia para sus familias.
Con cada mes que transcurre, es cada vez menor la cantidad de personas y familiares directos de las víctimas los que acuden al lugar de los hechos a depositar flores, velones o simplemente participar en la misa.
No obstante, el padre Rogelio aseguró que continuará con las eucaristías durante un año entero, con o sin la presencia de los dolientes.
“Nosotros todos los ocho estaremos aquí con ellos o sin ellos, clamando justicia durante todo un año, y si hay que seguir toda la vida, pues toda la vida estaremos aquí porque la justicia no tiene día ni hora”, aseveró de forma enérgica.
Asimismo, criticó duramente la ausencia de acciones judiciales concretas en torno al caso, al tiempo que resaltó que la justicia no ha sido aplicada debidamente a los dueños del establecimiento como responsables del derrumbe, porque estos “pertenecen a la alta sociedad, y para ellos la justicia no aplica”.
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“La justicia aquí ha brillado por su ausencia. Recordemos lo de la Galeano, la justicia es como la serpiente, que solo muerde a los descalzos”, expresó.
Además, denunció un ambiente de intimidación que, según aseguró, mantiene a las familias afectadas alejadas de la celebración de misas mensuales, por temor a que la justicia y la remuneración por los daños graves causados nunca lleguen a sus manos.
Mientras tanto, el padre Marino Alcántara denunció que en el país lo que hay es una “democracia disfrazada”, ya que los mismos abogados que trabajan en la defensa del propietario del Jet Set, Antonio Espaillat, son los mismos que se encargan de defender a los altos funcionarios instalados en el poder.
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