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Tiene un modelo educativo fundamentado en la práctica y es consistente con las características científicas y tecnológicas actuales/ Fuente externa.
El Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU) es la única institución pública estatal que se dedica exclusivamente a la formación de los profesionales de la educación. Además, posee la particularidad de ser una universidad heredera de la filosofía educativa de Eugenio María de Hostos y Salomé Ureña, así como de las escuelas normales, las cuales han tenido una evolución acorde a los cambios propios de la época y a las necesidades de nuestro sistema educativo y la sociedad.
En la actualidad, el ISFODOSU se diferencia de las demás universidades que imparten la carrera de educación porque cuenta con un modelo educativo basado en la práctica y coherente con las características científicas y tecnológicas del presente, centrado en el desarrollo del ser humano.
Así como una composición integral en diplomados en tecnología, inglés para docentes, formación en valores, neuroética y formación de grado con jornada completa.
“La revolución de la enseñanza”
El humanista y maestro Pedro Henríquez Ureña, hijo de Salomé Ureña, reconoció en la creación de estas escuelas normales el “esfuerzo más notable” en la historia cultural del país, después de la fundación de las universidades en el siglo XVI.
En la graduación de la primera promoción de la Escuela Normal de Santo Domingo, en 1884, Hostos, a quien todos conocían como “el Maestro”, llamó a emprender la única revolución provechosa que iba a salvar la República: “la revolución de la enseñanza”; egresaron entonces los seis primeros maestros graduados: Félix Evaristo Mejía, Arturo Grullón y Francisco Peynado, entre otros.
De igual manera, en 1887 completaron sus estudios las primeras graduandas del Instituto de Señoritas, bajo la dirección de Salomé Ureña; estas fueron: Catalina Pou, Leonor María Feliz, Ana Josefa Puello, Mercedes Laura Aguiar, Luisa Ozema Pellerano de Castro y Altagracia Henríquez Perdomo.
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Escuelas Normales
La doctora Nurys del Carmen González Durán, rectora del Isfodosu, recordó que durante la dictadura de Rafael Trujillo, después de varias propuestas iniciales de reformas educativas que no tuvieron aplicación debido a la crisis económica de los años 30, las escuelas normales sufrieron cierres y ajustes exigidos por el régimen a lo largo de sus 31 años, por lo que fueron creadas varias Escuelas Normales regidas por la Secretaría de Estado de Educación en 1935, cuyo establecimiento se recogió en la Ley 842/50.
Entre esos centros están la Escuela Central De Gimnasia, fundada en 1942 en el Distrito Nacional, luego se llamó Escuela Normal Eugenio María de Hostos, su nombre actual como recinto Eugenio María de Hostos del ISFODOSU; Escuela Normal de Varones Presidente Trujillo, creada en 1950, actual Liceo Juan Pablo Duarte, aunque solo de educación secundaria sin carácter de Escuela Normal; Luis Napoleón Núñez Molina, en el Municipio Licey al Medio de la Provincia de Santiago, fundado en 1950; Emilio Prud’Homme, en Santiago de los Caballeros, fundado en 1952; Félix Evaristo Mejía, en el Distrito Nacional, sustentada en 1952; Juan Vicente Moscoso, en San Pedro de Macorís, creada en 1956, y Urania Montás, en San Juan de la Maguana y que fue constituida en 1976.
“Salvo la Normal de Varones, todos los demás centros mencionados funcionaron desde entonces como normales para la formación de maestros de primaria hasta la creación del ISFODOSU, del cual forman parte en la actualidad en calidad de recintos”, explicó González Durán.
Instituto Superior
Dentro de los lineamientos del Plan Decenal de Educación 1993-2002 se estableció la reestructuración de las escuelas normales, por tal motivo la Secretaría de Educación creó mediante la ordenanza 08/93 la Comisión para la Reestructuración de las Escuelas Normales.
La misma recomendó que las Escuelas Normales fueran transformadas en una sola institución nacional de educación superior, descentralizada, con personalidad jurídica y presupuesto propio.
Consolidó su estructura de Educación Superior con el nombramiento de su primer Rector mediante la Orden 10-2003. En ese entonces, mediante el decreto del Poder Ejecutivo 571/03, al Instituto se le asignó el nombre de Salomé Ureña, pasando entonces a llamarse “Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña”.
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