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Estrés digital: Una amenaza discreta para el desempeño escolar de los jóvenes

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Lo que más deben observar los padres y madres es cómo afecta a la vida cotidiana del adolescente, a sus hábitos, al sueño, a la alimentación...

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Así lo explica a EFE el director del Observatorio para la Promoción del Uso Saludable de la Tecnología, Guillermo Cánovas, quien subraya que los alumnos de segundo y tercero de la ESO son los más vulnerables ante móviles y pantallas, especialmente por el impacto en la neuroplasticidad neuronal, con una sobrecarga cognitiva que “entrena al cerebro a hacer las cosas mal”.

Enseñar al cerebro a dejar en pausa una tarea al recibir estímulos para realizar varias a la vez, impide que el chico o la chica se concentre en el trabajo y le cuesta retomar la primera acción hasta un 40% más de tiempo, además de hacerlo con más lentitud.

Esto, llevado al ámbito escolar, tiene como resultado una disminución del rendimiento académico, indica Cánovas, quien fue director durante doce años del Centro de Seguridad en Internet para menores en España y explica qué es el estrés digital, sus síntomas y consecuencias tanto físicas como mentales.

“La falsa multitarea lleva a cometer más errores. Es el entrenamiento para la dispersión y un niño que se está formando ya lo está incorporando en su cerebro”, advierte tras explicar que el estrés digital no se trata solo de más o menos tiempo frente a las pantallas.

Los últimos datos del I Observatorio de Hábitos Digitales en menores señalan que más del 20% de niños y niñas sufren ansiedad al limitar el uso del móvil y el 38% de las familias cree que el uso digital ha perjudicado, en mayor o menor grado, el rendimiento académico de sus hijos.

Algunos síntomas del estrés digital son el desarrollo de tolerancia, cuando el adolescente busca juegos o contenidos cada vez más fuertes, la conectividad permanente por el “miedo a perderse lo que dice el entorno digital” y el síndrome de abstinencia, que implica “sufrimiento” al apagar el dispositivo.

“Lo que más deben observar los padres y madres es cómo afecta a la vida cotidiana del adolescente, a sus hábitos, al sueño, a la alimentación… Ver el impacto sobre sus amistades y formas de ocio”, destaca Cánovas, quien insiste en que el móvil “no es un aparato inofensivo”.

El impacto de la falsa multitarea, es decir, estudiar y revisar las redes sociales a la vez, tiene tres consecuencias: una pérdida de tiempo de estudio de entre el 30 y el 40%, un incremento de errores del 50% y una sobrecarga cognitiva, que enseña al cerebro a memorizar solo a corto plazo.

El proyecto, en el que participó Cánovas y que se realizó durante tres años, recoge las reacciones y pensamientos de los jóvenes cuando tienen que dejar su dispositivo: “Vemos cómo surge el agobio y te das cuenta de lo necesaria que es la implicación de las familias, porque hay chavales que no pueden dejarlo”, señala el también autor de libros como ‘Cariño, he conectado a los niños’.

“En los resultados se observa una toma de conciencia y cómo en 4º de la ESO y Bachillerato muchos cierran perfiles en redes sociales y dejan el móvil cuando tienen que estudiar”, resalta.

Para afrontar el estrés digital se debe trabajar sobre los ‘estresores’ para “desconectar y no dejar una tarea hasta finalizarla”.

También se puede eliminar ese estrés con actividad física, sobre todo aeróbica, que genera oxitocina y ayuda a reparar los trastornos del sueño.

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