Salud

Tras la advertencia de Maluma, los médicos señalan que exponer a los bebés a conciertos podría ocasionarles “daños irreparables” en su audición

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Escolares (6-12 años):** solo deberían ir si el evento está adaptado (volumen controlado, zonas seguras) y se cumplen estrictamente todas las medidas de protección.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

A partir de 70 dB, la exposición prolongada ya puede generar riesgo de daño. En espectáculos musicales en vivo pensados para adultos, se alcanzan los 110 y picos de 130 decibelios cerca de las bocinas, niveles capaces de provocar un perjuicio irreparable en cuestión de segundos en los más pequeños.

Después de que el cantante colombiano Maluma llamara la atención a una madre por ir a un concierto en México con un bebé, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha desaconsejado a los padres que lleven a los niños pequeños a este tipo de eventos, debido a que los altos niveles de ruido podrían causar daños irreversibles en sus oídos en pocos segundos.

En bebés y niños pequeños, el oído es particularmente vulnerable porque sus estructuras auditivas aún están en desarrollo y carecen de mecanismos de protección, advierte la AEP, que recuerda que la OMS recomienda que la población infantil no se exponga a más de 85 decibelios durante más de una hora.

A partir de 70 dB, la exposición prolongada ya puede acumular riesgo de daño. En espectáculos de música en vivo diseñados para adultos se alcanzan los 110 y picos de 130 decibelios cerca de las bocinas, niveles capaces de provocar un perjuicio irreparable en cuestión de segundos en los más pequeños.

Las consecuencias de un trauma acústico agudo pueden incluir pérdida auditiva temporal o permanente, acúfenos (pitidos, que en lactantes solo se deducen por su comportamiento) y daño neurosensorial irreversible.

El llamamiento de los pediatras españoles llega después de que el artista colombiano Maluma detuviera un concierto en Ciudad de México para reprochar a una madre que llevara a su bebé menor de un año: “Con todo el respeto, yo ya soy padre: ¿usted cree que es buena idea traer a un bebé de un año a un concierto donde los decibelios están muy altos y el sonido muy fuerte?”, le espetó.

Los efectos de una sobreexposición al ruido en lactantes no siempre son inmediatos ni fáciles de reconocer porque, a diferencia de los adultos y niños mayores, no pueden comunicar molestias como pitidos o pérdida de audición temporal.

Por ello, es aconsejable estar atentos a posibles señales de alerta después de un evento ruidoso: llanto desconsolado o irritabilidad repentina; sobresaltos exagerados o persistentes ante los sonidos; parpadeo frecuente o gestos claros de incomodidad; apatía o somnolencia anormal; falta de reacción ante sonidos comunes o movimientos repetidos de frotarse los oídos o tocarse la cabeza.

La sociedad científica establece recomendaciones específicas según la edad del menor:

* **Lactantes y menores de 6 años:** no deberían asistir a conciertos o festivales de adultos, incluso si llevan protección auditiva, ya que el riesgo de daño es alto.
* **Escolares (6-12 años):** solo deberían ir si el evento está adaptado (volumen controlado, zonas seguras) y se cumplen estrictamente todas las medidas de protección.
* **Para adolescentes mayores de 12 años:** sigue siendo imprescindible usar protección adecuada, respetar los tiempos de exposición y evitar situarse cerca de los altavoces, limitando además la frecuencia de estas exposiciones.

También deberían usar orejeras específicas para su edad, nunca tapones pequeños por riesgo de atragantamiento; mantenerse al menos a 30 metros de distancia de las bocinas y situarse en zonas laterales, evitando permanecer en entornos con niveles superiores a 85 dB por más de 30 o 60 minutos.

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