Salud

La dieta FODMAP: tu mejor amiga contra la hinchazón abdominal

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Estos carbohidratos pueden ser mal absorbidos en el intestino delgado, lo que significa que llegan al intestino grueso donde son fermentados por las bacterias intestinales.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Descubre cómo esta forma de comer puede aliviar los síntomas del síndrome de intestino irritable y potenciar tu bienestar cotidiano, siempre bajo vigilancia médica.

En la búsqueda de soluciones para problemas digestivos como la inflamación, los gases y las molestias abdominales, la dieta baja en FODMAP (Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos y Polioles Fermentables) se ha posicionado como una gran opción. Su objetivo primordial es reducir el consumo de alimentos con alto contenido de ciertos tipos de carbohidratos que pueden ser difíciles de digerir para algunas personas, aliviando así los síntomas del intestino irritable y mejorando la calidad de vida.

Los FODMAP son un conjunto de carbohidratos de cadena corta que se encuentran de forma natural en muchos alimentos. Estos carbohidratos pueden ser mal absorbidos en el intestino delgado, lo que significa que llegan al intestino grueso donde son fermentados por las bacterias intestinales. Este proceso de fermentación produce gases, lo que puede provocar hinchazón, dolor abdominal y otros síntomas desagradables.

La dieta baja en FODMAP puede ser beneficiosa para personas que sufren de:

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Al reducir la ingesta de FODMAP, se disminuye la cantidad de carbohidratos fermentables en el intestino, lo que puede aliviar los síntomas y mejorar la digestión.

Alimentos a evitar en la dieta baja en FODMAP

La dieta baja en FODMAP implica limitar o evitar ciertos alimentos ricos en estos carbohidratos. Aquí tienes una lista más detallada de los alimentos que debes tener en cuenta:

* Frutas: Manzanas, peras, melocotones, sandía, cerezas, albaricoques, ciruelas, lichis, aguacate (en grandes cantidades).

* Verduras: Ajo, cebolla, alcachofa, espárragos, coliflor, champiñones, guisantes, remolacha, maíz dulce, puerro, repollo.

* Lácteos: Leche de vaca, leche de cabra, leche de oveja, helados, leche condensada, leche evaporada, nata, natillas, suero de leche, yogur (algunos).

* Legumbres: Alubias, lentejas, garbanzos, soja, habas.

* Cereales: Trigo, centeno, cebada (y productos derivados como pan, pasta, galletas, bollería).

* Edulcorantes: Miel, jarabe de maíz de alta fructosa, sorbitol (E420), manitol (E421), isomalt (E953), maltitol (E965), xilitol (E967).

* Otros: Hummus, algunos frutos secos (anacardos, pistachos).

Aunque la dieta baja en FODMAP puede ser efectiva para aliviar los síntomas digestivos, es fundamental que la sigas bajo la supervisión de un médico o un dietista-nutricionista. Un estudio llevado a cabo por expertos del hospital Vall d’Hebrón, en Barcelona, indica que una dieta baja en residuos fermentables y un prebiótico mejoran de forma similar los síntomas asociados al gas intestinal.

Los expertos también advierten de que este tipo de dieta debe realizarse por indicación médica y con seguimiento, puesto que podría provocar, a la larga, daños en la microbiota. “Tanto la dieta Fodmap como el prebiótico tienen un efecto similar mientras se administran, pero mientras que la dieta baja en residuos fermentables requiere de una administración continuada con el riesgo de producir daño en la microbiota a largo plazo, el suplemento prebiótico se podría dar de forma intermitente porque el efecto persiste un tiempo tras el tratamiento”, señala el doctor Fernando Azpiroz.

Un profesional de la salud puede ayudarte a determinar si la dieta baja en FODMAP es adecuada para ti, identificar los alimentos que te causan problemas y diseñar un plan de alimentación equilibrado y personalizado.

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