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Afirmó que la deshumanización es tan habitual que, cuando un usuario encuentra a un personal amable, empático y atento, sale del servicio doblemente satisfecho, cuando esto debería ser lo normal.
La exministra de Salud Pública, doctora Altagracia Guzmán Marcelino, aseguró que la falta de humanidad en los servicios de salud es una realidad que cada vez se hace más presente en el país y que ella misma la experimenta con frecuencia cuando busca atención médica.
Repitió que esa deshumanización es tan frecuente que, cuando un usuario se topa con un personal amable, empático y que escucha, sale del servicio doblemente satisfecho, cuando eso debería ser la norma y que entiende que esa es la excepción a la que se refiere el presidente del Colegio Médico Dominicano.
“Yo, por mi condición de persona mayor, tengo que acudir con frecuencia a los servicios médicos y veo y vivo esa realidad”, dijo Guzmán Marcelino al expresar la satisfacción que sintió al leer un artículo sobre el tema de la deshumanización en la atención médica publicado este lunes en Listín Diario.
La también expresidenta del gremio que agrupa a los médicos opina que las diversas instancias deben tomar cartas en el asunto, entre las que citó al Ministerio de Salud en su rol rector, al Servicio Nacional de Salud (SNS), al Seguro Nacional de Salud (SeNaSa), a las clínicas privadas, los patronatos de Salud, ONGs de Salud, al Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape), al Programa de Medicamentos Esenciales (Promese), al servicio 9-1-1 y a la Dirección de Servicios de Atención a Emergencias Extrahospitalaria, que dirige el General Juan Manuel Méndez.
“Escuché al presidente del Colegio Médico decir que son pocos los médicos que pueden ejercer sin humanización, pero ya cuando uno entra en esta etapa, la mía, de envejeciente, tiene que visitar a muchos médicos, hacerse las imágenes correspondientes, los laboratorios, y yo veo y siento el trato que me dan”, dijo.
Y agregó, “yo no me identifico, y te digo que en un laboratorio, una joven que me ha tocado, debería estar trabajando en un sitio, donde lo que se organice sean cajas, y hasta las cajas hay que tratarlas bien, porque si las tiras se dañan”, señaló.
Otra experiencia que relató es que, en el área de la sonografía, ha visitado médicos, que incluso les cuesta preguntar el nombre de la persona, pero que, sin embargo, también, en ese mismo ámbito, se encontró con otra médico, de unos 37 años, que la trató de una manera que ella salió sorprendida y complacida, porque fue empática y atenta.
La exministra de Salud, dijo que tal como se publicó, cada vez se deshumanizan más los Servicios, pero que por supuesto esto no es generalizado, aunque cada vez es más crítica esa realidad.
La doctora Guzmán Marcelino dijo que la práctica de un servicio humanizado debe abarcar todos los niveles del servicio de salud, con mayor énfasis en el médico, la enfermera y el bioanalista, que son los que interactúan más directamente con la persona que busca cuidados, aunque debe incluir al camillero y al que recibe inicialmente al usuario.
Dijo que la práctica médica y los servicios de salud se apoyan cada vez más en la tecnología y eso tiende, en parte, a sustituir la labor del personal de salud que está en contacto directo con la persona que acude a los servicios.
Considera, la doctora Guzmán Marcelino, que hay varios factores que atentan contra la humanización de los servicios, entre ellos, mencionó, que en el país todo el mundo quiere hacerse rico rápidamente y para eso tienen que ver un mayor volumen de pacientes, de analítica e imágenes, sin pensar que la medicina se escoge por vocación, pero que lamentablemente ha visto que la misma se ha alterado.
Destacó como otro factor que atenta, es el pago al personal de salud, médico, enfermera y bioanalista, lo cual en el sector privado es penoso y en el sector público se dan otros temas, como la condescendencia y la recomendación política, entre otras preferencias.
El otro hecho que atenta, de acuerdo a Guzmán Marcelino, es que el médico ve el número de pacientes por la tarifa que le pagan, por lo que, si se establece ver a 20 pacientes en una tanda, le es imposible poder brindar un servicio humanizado, porque puede verlos, pero no atenderlos adecuadamente.
Entiende que las ARS deben evaluar y medir la humanización en ese servicio por tarifas.
Finalmente, se preguntó, dijo, si las universidades del país, en esos profesionales que están formando en todas las áreas de la medicina, incluyen en sus planes de estudio, el tema de la humanización.
Propone que se establezca un plan de capacitación, donde en las universidades, en todos los servicios de salud, en los programas de residencias médicas y en los diplomados que se realizan, se capacite sobre el tema de la humanización.
Esto, agregó, porque de lo contrario, los usuarios de los servicios de salud públicos y privados, contarán con menos salud, porque en la medida que a una persona se le maltrate, se le trate como un número o algo para salir del paso, esa persona seguirá más enferma.
Esa responsabilidad, añadió, la tienen los que dirigen, los que gestionan, los rectores, los decanos, los coordinadores, los jefes de servicios, los dueños de laboratorios y de clínicas, los dueños de imágenes, en fin, los que participan en todos los servicios.
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