Salud

Sentido del humor en el idioma

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Este implica decir lo contrario de lo que se desea expresar.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Si algo define al español es ser un proceso dinámico en constante cambio. Abundante en matices y expresiones populares, ofrece una gran diversidad de recursos, incluyendo el humor.

Los hablantes despliegan una asombrosa e improvisada capacidad expresiva.

Así, frases y vocablos transitan de boca en boca a lo largo de los años. Muchos quedan en el olvido y de repente reviven con el uso.

Las palabras pueden resultar graciosas por su sonido, significado y el contexto en el que se dicen.

Los ejemplos son numerosos: adefesio, cachivache, esperpento, sobaco, chinchón…

De igual manera, otras veces estas palabras constituyen recursos como el sarcasmo. Este implica decir lo contrario de lo que se desea expresar.

Usualmente se emplea con la clara intención de burlarse, criticar o lastimar a alguien. Ironía con un tono mordaz, cruel o hiriente, ya que busca generar una reacción negativa en el receptor, a menudo mediante la burla o el menosprecio.

El sarcasmo tiene aspectos positivos y negativos. En el lado positivo, puede ser una herramienta de humor e inteligencia que ayuda a afrontar situaciones difíciles con ligereza.

“¡Qué bueno que llegaste tarde!” (cuando se espera puntualidad). “¡Qué inteligente eres!” (en respuesta a algo obvio). “¡Qué suerte la mía!” (cuando algo sale mal).

Además de este, existen otros recursos lingüísticos, expresiones coloquiales y frases hechas que suelen ser graciosas: “Estar hasta en la sopa”, “se le va la guagua”.

Pero donde los criollos desbordan la creatividad es en los insultos. La artillería común entre los dominicanos “impone respeto”:

“Asaravivo”, “bañaperro”, “bañamuerto”, “bemba ceniza”, “boca de sopa”, “chupamedias”, “comevacío”, “cogefiao”, “cara e mime”, “comechicle”, “care ‘e loco”, “gallina mata a ecobazos”, “loco viejo”, “palomo”, “pata por el suelo”, “pata rajá”, “pariguayo”, “pelagato”, “racavaca”, “rapa concón de velorio”, “recogecolilla”, “salta pa’ tras”, “saco e sal”, “soplapote”, “tumbapolvo”, “comejaiba”, “cara de loco”, “aguafiestas”, “atrapachele”.

Y hasta las madrinas y abuelas entran en juego: “Tu madrina en tanga”, “tu abuela en patineta”. Eso demuestra una lengua sumamente versátil y creativa.

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